El "sociópata" de 35 años que el jueves irrumpió en el cuartel de la Policía Local tras autolesionarse con un machete e intentó arrebatar el arma a un oficial, fue dado de alta del Virgen de la Concha tras ser atendido de urgencia de las heridas que se había infligido y evaluado por el psiquiatra de guardia. Este descartó su ingreso en la unidad si se tomaba la medicación prescrita para su trastorno de la personalidad, así que la Guardia Civil lo mantuvo detenido y lo trajo de vuelta a Benavente.

Por la mañana paso a disposición de la juez que le tomó declaración. La titular del juzgado número dos lo puso en libertad pero a renglón seguido ordenó su traslado a Zamora para que fuera sometido a una revisión forense.

A última hora de la mañana, el detenido provocó un altercado que obligó a la Guardia Civil que le custodiaba en el juzgado a pedir refuerzos. Dos agentes del instituto armado bajaron a las dependencias judiciales a los que se sumaron otros cuatro agentes de la Policía Local.

Finalmente fue trasladado a Zamora custodiado en una ambulancia del Servicio de Emergencias 112. En teoría, tras el incidente provocado en el juzgado habría provocado una posible petición de ingreso en la unidad psiquiátrica, aunque al cierre de esta edición no había una confirmación oficial.

El hecho de que el hombre, de origen vasco, aficionado a las artes marciales, corpulento y musculado como él mismo plasmaba en fotografías que hacía circular a través de su perfil en redes sociales, y con un trastorno de personalidad antisocial diagnosticado, pudiera quedar en libertad, hizo saltar las alarmas en el Ayuntamiento.

A lo largo de la mañana se cruzaron peticiones y comunicaciones entre la Casa Consistorial y el juzgado, que al parece no llegaron a plasmarse en decisiones concretas.

Fuentes municipales confirmaron que ante la eventual puesta en libertad del hombre se habían tomado medidas en el Centro Cívico y Social de El Ferial, donde su presencia en las últimas semanas había intimidado y provocado inquietud entre los trabajadores. Durante tiempo se quedaba mirando el tablón de anuncios y había llegado a tener comportamientos violentos con algún trabajador.

El Ayuntamiento decidió la colocación de una cámara de videovigilancia, y de una mesa para inhabilitar el acceso a la zona de despachos, como medidas de carácter preventivo.

La información derivada de los trabajadores sociales que hace 48 horas había puesto en alerta a la Concejalía de Bienestar Social indicaba que el hombre no estaba tomando la medicación de forma deliberada, razón de su súbito descontrol que culminó el jueves con el incidente en la sede de la Policía Local, y que ayer derivó en un episodio de forcejeo en el juzgado que requirió el refuerzo de seis agentes.