Volver a los despachos para preservar la vía del diálogo, elaborar una moción para que se visualice otra vez el respaldo institucional al proyecto de la biorrefinería de Barcial del Barco y, si en dos meses no hay respuesta, convocar una "manifestación contundente". Los alcaldes que acudieron anoche a la asamblea convocada por la plataforma pro biorrefinería decidieron "enfriar" un posible órdago a la Junta de Castilla y León con protestas en la calle y agotar las vías de negociación.

Pedirán, como ya hicieron la semana pasada, que el proyecto entre en el Plan Territorial de Fomento anunciado por la Consejería de Economía, y para reforzar la petición reclamarán el apoyo de las 123 instituciones municipales que respaldan la actuación aprobando una moción para hacerla llegar a la Junta. También pedirán un papel más activo de los sindicatos agrarios y de clase que permita trasladar a la opinión pública las posibilidades reales de un proyecto, que según sus promotores, solo depende "de la voluntad política" y más concretamente "de un aval" que lo ponga en marcha, bien a nivel regional, bien a través de las múltiples lineas de financiación estatal.

La plataforma había convocado esta reunión, 12 años después de que el proyecto se conociera por primera vez, con la intención de que los asistentes respaldaran una "movilización contundente". El portavoz de la plataforma, Emiliano Fernández, que se mostró comprensivo con la dependencia política de alcaldes y concejales, según dijo, defendió que solo la calle podía influir en la administración regional. Sin embargo, los alcaldes asistentes optaron por la prudencia y por tratar de agotar la vía del diálogo antes que convocar una manifestación que podría ser un fracaso de asistencia. El alcalde de Barcial del Barco, Roberto Aguilar (PP) fue el primero en prevenir de los efectos contraproducentes de un "órdago" de estas características teniendo en cuenta los antecedentes. De la misma manera se expresaron otros alcaldes.

Aunque el Plan de Fomento Territorial para Benavente "no es más que un anuncio" sobre el que se esperan detalles y sobre el que se sospecha hasta incluso una maniobra de distracción para acallar "las tensiones sociales que vive Zamora", a los alcaldes presentes anoche en La Encomienda, la prudencia en vista de los apoyos presenciales se impuso a la tesis más beligerante. Si bien 2017 fue un año de concentraciones en las Cortes, de reuniones y de asambleas (la última en octubre), y pese a que el proyecto, como reconoció su diseñador y promotor Vicente Merino, "está bloqueado" por "realidades que están en la sombra por muchos intereses"; la falta de movilizaciones masivas anteriores hacen aconsejable saber qué pretende la Junta con su plan de reindustrialización para Benavente antes de convocar una manifestación cuyo resultado podría no ser el deseado.