La Ruta BTT del Roscón, un clásico de fin de fiestas organizada por el Club Montañero Benaventano, cerró ayer la programación oficial navideña en Benavente.

170 ciclistas de todas las edades, incluyendo niños, partieron de Benavente a las nueve de la mañana y regresaron a la ciudad alrededor de las dos de la tarde tras recorrer 36 kilómetros por la vega del Órbigo y del Eria.

El itinerario comenzó desde el centro de la ciudad y se dirigió por El Jaral y el Monte Mosteruelo hacia Villabrázaro, pasó a Manganeses, Fresno de la Polvorosa cruzando el Eria, y continuó hasta Morales donde estaba previsto el único punto de avituallamiento.

Allí los participantes recuperaron fuerzas en una mañana gélida tras días de temperaturas suaves, dando cuenta de cuarenta litros de caldo.

Desde Morales del Rey la comitiva regresó a Benavente sin más incidencias que algún pinchazo ocasional. Durante el trayecto Protección Civil colaboró un año más con la ruta.

Meta en Lagares

El punto de llegada fue de nuevo la sala Lagares, que se había preparado para recibir a los ciclistas con chocolate caliente y un trozo de roscón. Este año la comitiva entró por la calle las Eras , subiendo la cuesta del toril, hasta la bifurcación con la calle Lagares.

En una enorme mesa se habían dispuesto platos de plástico con el dulce ya cortado y preparado y vasos para el chocolate. El tráfico se cortó en la calle para facilitar la llegada de los ciclistas. Los participantes repusieron fuerzas tomando la bebida caliente y comiendo una porción de roscón, el mismo que da nombre a esta prueba de fin festivo y de vuelta a los hábitos normales y deportivos antes de regresar a casa, tanto en Benavente como, en el caso de una parte de los ciclistas, a otros puntos de la comarca benaventana.