El Pleno del Ayuntamiento de Benavente reconocerá en la primera sesión plenaria de 2018, previsiblemente en enero, a los 39 empleados municipales depurados en 1936 (36 en total) y a los tres trabajadores que fueron inhabilitados en 1940, ya en la posguerra.

El trabajo del investigador Cándido Ruiz González, basado en las actas municipales y en el Archivo Municipal de Benavente, ha permitido concretar los nombres de los 36 trabajadores que en 1936 fueron apartados de sus puestos, muchos de ellos encarcelados, y ocho asesinados.

Al acabar la guerra y en aplicación de la orden de depuración de funcionarios de la Administración local, se expedientó a otros 12 empleados municipales, de los cuáles tres fueron finalmente inhabilitados.

El equipo de Gobierno, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica, quiere realizar una reparación moral de estos trabajadores con un procedimiento similar al llevado a cabo por el Ayuntamiento de Zamora hace unos meses. En esa sesión plenaria, el reconocimiento de los trabajadores represaliados coincidirá con la retirada de reconocimientos, títulos y honores a Franco, a los generales Queipo de Llano y Mola, y al zamorano Carlos Pinilla.

"Mano dura"

Según relata Cándido Ruiz González, la depuración municipal, que se realizó de forma inmediata, "fue dura, debido a la actividad en nombramientos por parte de la corporación frentepopulista, expulsando del trabajo a treinta y seis personas (tres de ellas eran bomberos que sólo actuaban cuando había un suceso, otra el bibliotecario, que sólo trabajaba unas horas al día, y otros dos casos, como el del veterinario y el arquitecto se revistieron de excelencia y dimisión)".

De hecho, precisa el investigador "a veces no es necesario depurar, para que alguien tenga que abandonar un puesto de trabajo y así evitar el expediente o que le hicieran la vida imposible. Fue el caso del inspector veterinario Audelino González Villa, persona también expedientada por responsabilidades civiles y políticas y en la cárcel en el momento de la depuración) que solicitó la excedencia de su puesto por diez años. La corporación, por supuesto, se la concedió".

Las razones para que en Benavente se produjera "una depuración tan importante cuantitativa como cualitativamente" están asociadas a varios factores, según Ruiz. La estructura socieconómica local y la existencia de partidos y organizaciones de izquierda con una importante afiliación fueron dos de estos factores.

"Benavente era a la altura de 1936 una ciudad con un importante sector comercial e industrial, que tenía su reflejo, por un lado en una importante clase media-baja de pequeños propietarios de talleres, industrias, casas de huéspedes, tenderos, comerciantes y profesiones liberales, que en gran parte se decantarían por un republicanismo reformista; y por otro lado, en una clase obrera de trabajadores de esas pequeñas industrias, dependientes de comercios y tiendas, obreros de las fábricas de harinas y chocolate, empleados de los talleres mecánicos y empleados municipales, con cierta conciencia de sus intereses y de la necesidad de asociarse para su defensa".

El carácter más moderno de la estructura socioeconómica de Benavente, con un sector industrial y de servicios más desarrollado y, por tanto, una población con unas actitudes políticas más evolucionadas, incidió en la depuración posterior. "Los mejores índices de esta idea que estamos sugiriendo es el ya comentado resultado electoral de febrero de 1936 y las profesiones de muchos de los asesinados en Benavente (tipógrafos, panaderos, obreros chocolateros, mecánicos, empleados municipales, pequeños industriales)".

Por otra parte, y después de la capital, Benavente era la segunda localidad de la provincia "con más sociedades obreras adheridas a la UGT, incluida una organización obrera femenina".

La actuación de líderes de los trabajadores y sectores de pequeños propietarios y arrendatarios y personalidades locales que arrastran el voto de la clase media republicana; los resultados electorales favorables a la izquierda y el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, y la actuación reformista y decidida del Ayuntamiento frentepopulista, también incidirían tras el estallido de la guerra civil en las medida de depuración.