"Con ellos la relación es de compañeros de trabajo, no son máquinas, tenemos un vínculo muy especial y mucho más al tratarse de perros operativos". Así habla de sus perros Óscar Maniega, técnico en terapias asistidas con animales. Maniega es el encargado de realizar los talleres de canoterapia que organiza el Ayuntamiento de Benavente dirigido a niños con discapacidad funcional y que cuentan con más de una veintena de usuarios.

La terapia con animales puede ser útil en muchos ámbitos, desde la compañía a personas mayores hasta la mejora de habilidades cognitivas, motricidad o incluso de conducta, en el caso de personas con trastornos psicológicos. "Para realizar las terapias yo utilizo los perros, adiestrados o, como yo prefiero decir, orientados en positivo", señala el técnico. "Bongo" es uno de los perros que utiliza en sus sesiones, un golden collie; también está "Jiavao", un border collie de año y medio; y "Osho", un labrador de algo más de dos años.

La metodología utilizada en las sesiones de canoterapia se centran, sobre todo, en "trabajar mucho lo cognitivo emocional del perro y conocer mucho a los usuarios. No es lo mismo trabajar con un niño con síndrome de down, que con trastorno de espectro autista. En los talleres de canoterapia nos fijamos unos objetivos y vamos trabajando el equilibrio emocional".

El punto de partida es combatir las fobias y después vienen los ejercicios relacionados con la motricidad, la concentración y "sobre todo, las emociones".

Destaca Maniega ejercicios como el de relajación con el que consigue que niños muy inquietos acaben dormidos encima del perro. O en los que "Jiavao" ayuda a los niños en la realización de secuencias numéricas o advirtiéndoles cuando realizan una lectura incorrecta para que rectifiquen.