Operarios de la empresa constructora del pabellón de vigilancia de los restos arqueológicos de la época astur en el castro de Arrabalde han tenido que intervenir en el tratamiento del maderamen de la caseta. Y ello cuando la instalación no lleva un año ocupando su lugar.

Este pabellón fue instalado a principios de este año y, al parecer, el tratamiento diseñado por los proyectistas para la madera que cubre la estructura, no ha sido el más idóneo ya que los rigores de las elevadas temperaturas han obligado a intervenir ahora con la cubrición de un protector a través de lasur. Un tratamiento a base de resinas superflexibles que penetra en la madera a través del poro y se adapta mejor que el barniz a las adversas climatologías, confirman los técnicos.

La tarima de madera de fachada instalada en el pabellón venía preotegida con la técnica tradicional japonesa del "Shou Sugi Ban", basada en la carbonización. Lo que vulgarmente se denomina como "quemar y mojar".

Cultura y Patrimonio de la Junta instalaba en febrero de este año 2017 una caseta o pabellón de vigilancia en el enclave de la época astur en el castro de Arrabalde.

Este pabellón de vigilancia se configuró como prototipo junto al anteriormente instalado junto a la ermita visigoda de Quintanilla de las Viñas (Burgos) en un programa que desde la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta haría extensivo por los monumentos declarados BIC en Castilla y León.

El proyecto fue adjudicado a la sociedad Arte y Construcción de Burgos, S.L. por importe de 20.870 euros, más el IVA siguiendo el proyecto diseñado por los arquitectos Enrique Jerez Abajo y Koldo Fernández Gaztelu.