Un rayo. Eso fue lo que originó los problemas que se vienen dando desde el 2015 en el reloj del Ayuntamiento en la Plaza Mayor de Benavente, tal y como aseguró el concejal de Interior del municipio, Fernando Marcos. Al parecer, fue un impacto en seco lo que desconfiguró el sistema actual mecánico y electrónico por medio del cual funciona el reloj consistorial. El resultado fue un retraso de ocho minutos entre la hora que marcan sus agujas y el toque de sus campanas, retraso que ha perdurado hasta hoy y que se espera desde el gobierno municipal que se arregle pronto.

La primera respuesta del Ayuntamiento, según el edil, fue intentar arreglar la situación mediante el seguro contratado por el anterior equipo de gobierno, pero las cláusulas no cubrían los daños ocasionados por tormentas. Curiosamente la empresa constructora sí específico en el contrato de hace diez años que el sistema tenía protección frente a tormentas, aunque el grado de energía del rayo que sacudió el reloj fue mayor de lo esperado, según fuentes consistoriales.

Al no poder obtener la cobertura por parte del seguro, comenzó acto seguido la búsqueda de empresas particulares especializadas en "el complejo mecanismo que lleva el reloj del Ayuntamiento", en palabras de Marcos. Al final se asignó el arreglo a una empresa de relojeros de Valladolid, cuya intervención ya se espera pronto en el consistorio.

No es la primera vez que el reloj de Benavente sufre daños en su estructura. Tal vez sea por su ubicación por lo que en el año 2008 también se registraron unos daños y arreglos en su interior. Ni siquiera sería un estreno en el deterioro de relojes de esa importancia en Benavente. Ya en el siglo XIX el de la Iglesia de Santa María sufrió un percance semejante debido a otro rayo.

La empresa responsable del aparato del concejo se especializa en la construcción de este tipo de relojes, de cierta complejidad, ubicados en los consistorios y torres de iglesias y templos religiosos. Esta organización controla el reloj público desde un sistema informático, pero es el encargado general de mantenimiento del Ayuntamiento de Benavente, Carlos Voces, el que lo pone en hora cada vez que hay un cambio horario o cuando se retrasa con respecto a sus campanas. A su lado también está Juan Carlos de la Mata, el archivero municipal, que conoce la andadura de la estructura.

Casi dos siglos de historia

El primer documento escrito que recoge la existencia de un encargado de un reloj en Benavente data del siglo XV, aunque según el archivero del Ayuntamiento, Juan Carlos de la Mata, el reloj podría haber tenido más años. Algo importante en la época, según de la Mata, debido a que solo los grandes municipios contaban con uno. Pero, "a pesar de la escasa extensión de la localidad, los primeros condes de Benavente atribuyeron a la entonces villa el prestigio suficiente para la colocación del artilugio", concretó el archivero e historiador.

Sin embargo, la existencia del reloj en la fachada del consistorio se registra desde hace dos siglos. En el año 1835 la Plaza Mayor recibió su reloj, que en un primer momento funcionaba de manera exclusivamente mecánica, con un carrillón y otras piezas extraídas tras la conversión en un reloj semi electrónico.

Hoy en día el panel de control del reloj está unido mediante cables al sistema mecánico del reloj y sus piezas antiguas, como el carrillón, están guardadas en la sala de control del aparato. Su cuidado está al cargo del encargado general de mantenimiento y del archivero municipal y su limpieza y revisión se realizan de forma periódica.