Acercarse a La Torre del Valle es todo un ejercicio placentero porque los sentidos se nutren de ricas sensaciones con el arte que rezuman sus calles y edificios. La localidad se ha hecho arte contra el olvido, en pro de alimentar la memoria del visitante al contemplar los expresivos murales en los que se reflejan esos retazos de la memoria. Y ello a través de una galería del arte contra el olvido en la que los propios vecinos han sido cómplices de este alumbramiento.

La culpa de todo ello la tienen sus inquietos promotores, tanto la alcaldesa Alicia Nefzi como un grupo de artistas comandados por Francisco Javier Melero, Patricia Mateo y José Luis López Moral que han tomado como referencia la "galería de arte contra el olvido", como así se denomina el proyecto abierto ya en la localidad palentina de Boadilla de Rioseco.

El hermanamiento por el arte contemporáneo ha sido posible entre estas dos localidades, la zamorana de La Torre del Valle y la palentina de Boadilla de Rioseco gracias a la galería de arte al aire libre.

Artistas como los citados Patricia Mateo y José Luis López o Hacko Kräne, Dicka, Firme, Pago, Waje y Loky, apoyados por los vecinos de La Torre del Valle y con la colaboración del Ayuntamiento, Patronato de Turismo de Zamora, Diputación Provincial, Boadilla de Rioseco Arte, Casa rural antigua estación de Pobladura del Valle y "Kobra Spain.spray art", todos ellos se pusieron manos a la obra este fin de semana plasmando sobre edificios municipales y alguno particular, este primer recorrido por el arte.

Una idea surgida a raíz del documental emitido el pasado 2 de junio en TV 2 sobre la galería del arte en Boadilla de Rioseco. Desde entonces se fraguó la iniciativa entre Melero y Nefzi procurando que las calles de La Torre atraigan a visitantes en esa "lucha constante" que el equipo de gobierno liderado por Nefzi pretende evitar la desaparición de este pueblo rico en historia.

La inauguración de la galería se hacía con una copia del retrato de la "Reina del prado", una interpretación con algo de ironía de la obra de Goya de la reina Maria Luisa de Parma. Los artistas plasmaban sus obras en los edificios y los primeros visitantes de la galería mostraban ya su complacencia.