La farmacéutica de Benavente, Araceli de la Fuente, se mostró ayer orgullosa de recibir un premio a una trayectoria laboral, el que le entregará la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) en su XVI edición de los Premios Autónomo del Año, y admitió que "no sé sentarse en un sofá sin hacer nada", así que de jubilarse, de momento "nada". De la Fuente que sigue en activo con 89 años de edad, con más de 50 como autónoma pero 63 de cotización al haber trabajado como asalariada en otros establecimientos del sector, recordó que era su marido, fallecido hace unos años, el que regentaba el negocio con ella, tanto el de Benavente como el de Manganeses de la Polvorosa, que ya no está abierto.

Antes de asentarse en Benavente trabajó en otras boticas de Madrid y, sobre todo, en San Emiliano, en León, del que guarda un gran recuerdo, porque estuvo allí con 23 años. Después aterrizó en Benavente de la mano de su marido. "Ya son tantos años que me conocen hasta las piedras", ironiza. Su establecimiento, situado en la Plaza de Santa María, es conocido por todos los habitantes. "Aunque sea mentira, me dicen que me quieren. Yo les creo", se ríe. También habla de las diferencias del sector desde sus comienzos. Cuando empezó "se hacían fórmulas magistrales y no había adelantos, ni ordenadores ni móviles para hacer los pedidos". En su farmacia trabajan tres personas, entre ellas, uno de sus seis hijos. Otra hija regenta otra farmacia en Gijón.