Aprender a realizar la barca más resistente posible ha sido el principal objetivo perseguido en la segunda jornada de la Semana de la Ciencia que acoge el Punto Joven con la participación de una veintena de niños y jóvenes.

"La aventurera y exploradora Diana nos ha enviado una carta. En ella dice que debe viajar a un poblado pero que necesita que le construyamos una barca resistente", leyó uno de los participantes. El desafío acuático consistió en crear, por grupos, primero un esquema o boceto y después una maqueta de barca, realizada con papel de aluminio. Se comprobó si podían flotar en el agua por sí mismas y si resistían el peso de unas fichas de distinta medida sin hundirse.

Uno de los inscritos en el reto cantó una canción mientras ayudaba a realizar la barca de su equipo. "Había una vez un barquito chiquitito", dijo en bajo a sus compañeros. Los participantes se distribuyeron en cuatro grupos para participar en un desafío en el que no importó ganar, como aseguró la guía y experta Ángela Monasor. "Lo importante es que mejoréis los diseños y aprendáis a realizar entre todos la barca más resistente posible".

En esta segunda jornada las plazas se cubrieron con siete participantes nuevos, que no pudieron estar en la primera jornada por falta de espacio. Las "Barcas resistentes" enseñaron, tal y como confirmó la especialista, la importancia del trabajo en equipo, la mejora del diseño propio a través de la observación de los demás, nociones científicas básicas y reflexión sobre el buen uso y aprovechamiento del material. "Esto es lo que se aplica en la Ingeniería", dijo Monasor a los participantes del reto.

Durante el desafío estuvo permitida la consulta a Internet a través de los teléfonos móviles, sobre todo, a la hora de crear el primer diseño. A partir de ese momento las ideas comenzaron a fluir entre cada uno de los integrantes de los equipos. Un equipo, "Barco de papel", logró crear una maqueta compleja de una barca en un folio al utilizar la papiroflexia.

Minutos más tarde los equipos comprobaron lo aprendido en tres pruebas distintas. La primera, con un trozo de papel de aluminio de 15 centímetros; la segunda, con uno de 20 centímetros; y el reto final, que consistió en sumarle a los 300 gramos de peso máximo unas pelotas de tenis de mesa o unas pinzas. "Titanic II" ganó la primera prueba, "El Ballenato" la segunda y "El vaso de papel" el reto final.

"La montaña rusa" y "El paracaídas" seguirán a este desafío, unas actividades distintas a las que figuran en el programa del "Verano Activo", debido a la decisión de la coordinadora de la actividad "por motivos prácticos y de enseñanza". Estos espacios se desarrollan con la intervención y ayuda de todos los niños y jóvenes inscritos.