"Un espectáculo de humor, circo y magia que se basa en la improvisación y la participación del público". Así definió Nando Caneca el espectáculo protagonizado en Federico Silva, en la noche del lunes. Como recalcó Caneca, "la intención es que se lo pase bien y se pueda reír tanto el niño de 5 años, como su abuelo de 80. Es para todos los públicos, una mezcla entre amor, juego y excelencia".

La actuación logró la atención de los más de sesenta niños que se agolparon frente al escenario y la de sus familiares, que les acompañaban detrás. El espectáculo "dinámico y poético", así lo denominó el actor, estuvo plagado de complicidad con los presentes.

Desde un suave masaje, hasta una broma, un baile, una caricia o el ánimo para que dos personas se besaran. Todos estos ingredientes, más los malabares y piruetas, ayudaron a generar una respuesta positiva en los espectadores. Una niña intentó cortar una cuerda; un niño se puso una chaqueta enorme para dar paso a los brazos de Caneca, que gesticuló de forma cómica como si fuese el menor. Baile y muchas risas que empezaron y terminaron con la colaboración de los benaventanos.