Viento, cuerda y percusión en mano, las bandas de música de Sarria, en Lugo y Maestro Lupi de Benavente tomaron este sábado la Plaza Mayor durante unas horas para deleitar al público con obras del pasado siglo, como las de Schostakovich y partituras más recientes, como las de David Rivas. Desde las 20.30 horas, el XV Encuentro de Bandas de Música Ciudad de Benavente llegó con fuerza a los oídos de las más de 400 personas que se congregaron delante del reloj del consistorio. La cifra de espectadores superó a las de otras actividades llevadas a cabo en el lugar.

Con siglo y medio de existencia y dedicación, ambas bandas demostraron su experiencia detrás de los atriles, algunos conocidos ya por gran parte de los benaventanos, que disfrutan cada festividad de los instrumentos de la asociación local.

La apertura de las piezas corrió a cargo de un componente de Maestro Lupi, Samuel Salsón, que tomó el micrófono para anunciar al público el inicio de cada sesión. Tras las presentaciones, en medio del silencio, José Antonio González, director de la Banda de Sarria agitó los brazos para dar comienzo a la función. Provisto de unas gafas de sol y despojado de la chaqueta, el conductor de música disfrutó con cada nota, al tatarear y bailar cada una de las composiciones.

La coordinación entre los saxofones, clarinetes, violas e incluso de teclados y batería dio de nuevo vida a las obras de Schostakovich, Santana, Pender o Rivas, entre otros autores destacados. A pesar de que ambas escuelas cuentan con más de 60 alumnos, el trabajo de los directores fue clave para el buen resultado del concierto, al tocar de lleno al público benaventano.

Más adelante le llegó el turno a Maestro Lupi, la "banda anfitriona" como señaló Salsón, cuya batuta se encuentra actualmente en manos de un gallego, José López Cid, que tomó el testigo de sus conciudadanos lucenses para seguir con el espacio. Interpretararon obras de Penders, David Rivas y Óscar Navarro.

Para finalizar este décimoquinto encuentro, ambas bandas interpretaron al alimón el Circus Can Can de Offenbach en el arreglo de Peter King; y la banda sonora de La Máscara del Zorro, de Horner con arreglo de John Moss.