El ropero solidario y la cocina solidaria, dos proyectos en ciernes de la Concejalía de Bienestar Social y Educación, se desarrollarán en dos de los tres bajos de propiedad municipal de la calle Luarca, en el barrio San Isidro, no en la Casa de Cultura como informó este periódico la pasada semana por error.

La Concejalía prevé que el bajo en el que se ubicará el ropero social, destinado a cubrir las necesidades de ropa de hogares con recursos escasos, esté operativo en septiembre. Se está ultimando que el acondicionamiento sea ejecutado por el taller de empleo.

La cocina solidaria, cuya finalidad será servir una comida caliente al día a familias sin recursos, está pendiente de dotación presupuestaria y la previsión de Bienestar Social pasa por que pueda comenzar a funcionar en el primer trimestre de 2018 en otro de los bajos de la calle Luarca.