Emoción y recuerdos se han sumado para celebrar una especial jornada de convivencia de antiguos alumnos del colegio conocido como Don Manuel Paíno, que fue primero academia Santa Teresa de Jesús y, más tarde, colegio San Mateo Apóstol. La iniciativa, surgida de antiguos alumnos del centro, ha servido para ofrecer un reconocimiento a la labor educativa que este maestro realizó en la ciudad desde 1940 hasta 1975.

El punto de encuentro de alumnos y profesores ha sido la calle La Rúa en el inmueble que albergó el colegio desde 1961 hasta su cierre y donde se impartía formación desde párvulos hasta la preparación de Magisterio. Los hijos del maestro no quisieron perder la oportunidad de estar presentes en este homenaje a su padre que hicieron extensivo al profesorado que ejerció en el centro desde 1940 a 1975, así como al personal no docente. "Todos imprescindibles para el desarrollo de su proyecto educativo", señaló la hija. "Le permitió ejercer su profesión y vocación con gran éxito y prestigio. Gracias por esto y por manifestarnos cómo él transmitió sus valores tales como honradez, humanidad o sencillez". Terminó su alocución con una cita de Miguel de Cervantes "que él tenía siempre a mano en su despacho: confía en el tiempo, suele dar dulces salidas a amargas dificultades".

Los alumnos allí presentes se emocionaron recordando tiempos difíciles, según decían. "Lo pasamos muy mal por aquella época", señalaba uno de los presentes; "era la salida que teníamos, era nuestra oportunidad de tener algo", explicó una señora.; "no puedo por menos que recordar a mi mujer y eso me emociona", indicó otro señor.

También dijo unas palabras el concejal de Educación, quien señaló que "este reconocimiento es a la persona y al centro", explicó Antonio Vega. "Don Manuel Paíno era una persona de profundas convicciones y de extraordinaria calidad profesional. José Galera decía que don Manuel podía haber sido lo que él hubiera querido ser porque era una persona de una gran calidad universal", añadió. Después se descubrió una placa.