Un reducido grupo de vecinos de Benavente cumplió ayer con la tradicional bendición del campos y el homenaje a San Isidro. Lo cierto es que esta celebración es prácticamente una cita testimonial puesto que la falta de población activa en el sector terciario en Benavente ha llevado a reducir la presencia de gente en la procesión del santo por las calles de la ciudad. La Junta Agropecuaria Local es la encargada de mantener viva esta tradición que algunos se resisten a abandonar, según explicaban ayer dos amigos que aunque residen en Benavente tienen sus orígenes en Santa Cristina. "Venimos porque nuestros padres eran agricultores y hay que darles este homenaje", explicó uno de ellos. "Los tiempos han cambiado, ahora apenas quedan agricultores y ganaderos, antes esta celebración era una fiesta", señalaba otro.

Otros lugareños, ya jubilados, recordaban tiempos pasados de esta procesión de San Isidro a la que no quieren faltar. Es el caso de Heliodoro quien recordaba con nostalgia que "antaño salíamos de San Juan y llevábamos al santo hasta la zona de la antigua plaza de toros y de ahí a la Soledad y luego subíamos lo que es hoy en día la Cuesta del Hospital. Yo recuerdo que la bendición se hacía a pie de carretera", explicaba. Y llevábamos un pendón.

Apenas unos cuarenta agricultores y ganaderos están registrados en la Junta Agropecuaria. Un listado sin actualizar puesto que apenas contaban entre los presentes algo más de una decena de personas dedicadas al sector en Benavente. Entre ellos un joven de 17 años, hijo de un ovejero y que aseguraba que quiere dedicarse a la ganadería porque le gusta. Un caso "excepcional", según lamentaban algunos con expectativas poco halagüeñas respecto al relevo generacional.

La celebración en Benavente se centró en el oficio de una misa en San Juan desde donde procesionaron a hombros la imagen de San Isidro, del siglo XVIII. El recorrido se realizó por la calle Lagares y calle Ebro hasta llegar al parque de Las Eras donde el párroco de San Juan bendijo simbólicamente el asfalto tras señalar "el dinero llama al dinero, esperemos que el agua llame al agua". Tras regresar al templo tuvo lugar un pica-pan.