La actuación ejecutada en el Hospital de la Piedad podría no ser la última. El mal estado de la piedra algunos de los rosetones y motivos florales ya ha movilizado a técnicos de Patrimonio. Ayer uno de los arquitectos del proyecto, Julio Carbajo, llamó la atención sobre este hecho, aunque la reforma realizada ha evitado que el agua de lluvia siga dañando la piedra.

El claustro estuvo abierto hasta mediados del siglo XX en su planta superior. No existía ningún tipo de cerramiento, ni de ventana, ni de división. Posteriormente se colocó un cerramiento de carpintería de madera. "Los problemas pasaban por no poder abrir las carpinterías y ventilar debido a su mal estado de conservación. Por otra parte había peligro de desprendimiento de cristales hacia el suelo del patio con lo cual la situación era muy urgente. Paralelamente había unos antepechos de piedra con detalles florales y rosetones que presentan un estado de conservación muy lamentable en determinadas zonas", precisó el arquitecto.

Ahora el claustro ha sido dotado de un cerramiento de manera laminada de pino con elementos practicables que facilitan la ventilación en la parte inferior. En la parte superior, sobre el hueco, se ha alojado un cristal con unas características energéticas que equivalen a calefactar el pasillo interno.