Benavente y la comarca celebraron ayer en un día soleado y primaveral el Domingo de Tortillero, una tradición que pervive y que consiste en celebrar con un almuerzo campestre a base de tortilla el fin del invierno.

Aunque en Benavente esta tradición que antaño congregaba a grandes grupos de familiares y amigos y se celebraba entorno a la ermita de San Lázaro (hoy solo queda la espadaña en una glorieta del Centro de Transportes) y en las tortillas predominaban el escabeche o el besugo, con el devenir del tiempo se ha extendido a numerosos espacios, y es habitual en parajes naturales y sobre todo en bodegas de numerosas localidades de la comarca.

Desde hace años, la zona verde de la antigua estación de ferrocarril benaventana es uno de los puntos neurálgicos de la celebración si el tiempo acompaña. Ayer, con un día primaveral, las barbacoas no dejaron de echar humo y de ceder relevos, y numerosos grupos de personas compartieron tortillas de patatas con otras viandas en uno de los "picnics" colectivos más antiguos que se conocen, según citan tanto los estudiosos locales como Pascual Madoz.