La protesta iniciada hace ocho días por el abortado cierre de la primera planta del Hospital de Benavente alcanzó ayer un punto de no retorno. El gerente regional de Salud reunió a los alcaldes, les abrumó con cifras y datos, les anunció que SACYL se pondría detrás de la pancarta de la sanidad pública, y les prometió que "ningún benaventano (y comarcano) será derivado a Zamora mientras haya camas en el Hospital de Benavente". Rafael López no les convenció. Por contra, el frágil consenso alcanzado hace 48 horas entre los regidores de la izquierda y de la derecha cobró un vigor imprevisto.

"Han venido a disuadir pero han logrado el efecto contrario", explicó el alcalde de Benavente tras la reunión. Luciano Huerga preguntó dos veces al gerente regional qué iba a pasar con el Hospital de Benavente cuando se terminara el Provincial (con 150 camas más). No obtuvo respuesta. "Ni los que iban con la intención de creerle le han creído", añadió.

El presidente del PP local, exalcalde de la ciudad y vicepresidente de la Diputación de Zamora, admitido en la reunión porque había pedido cita al consejero de Sanidad (todos los concejales benaventanos se tuvieron que ir de la reunión so pena de cancelarla), no ocultó su malestar. "Es insuficiente", dijo. "A los benaventanos no les valen solo números, ni en el Hospital, ni en el Centro de Especialidades, ni muchos menos en los pueblos", alegó. Juan Dúo, muy crítico tras el encuentro, explicó a los alcaldes de la comarca lo que haría: "podéis hacer lo que queráis, yo voy a estar al frente de la manifestación el domingo", transmitió.