M. A. Casquero

Cuando el monte de Calzada se encuentra con la vega del Tera, la frontera natural invadida por jarales y encinares se topa con la inmensa planicie de los fértiles terrenos regados por las aguas del río. El elevado altozano evidencia su declive más conocido en los abiertos muros por la naturaleza y por las laboriosas tareas de los vecinos de Calzada de Tera.

Es el barrero, donde los picos y palas de la mano del hombre han venido horadando la pared para proveerse del material constructivo más noble, el barro. Para hacer adobes e, incluso, para fabricar vasijas. Desde la zona, con animales de carga y carretas se transportaba el material hasta el llano de las adoberas, donde las factorías manuales disponían del agua suficiente para que la mezcla de barro y paja adquiriese la consistencia y dureza necesaria, tras su secado con los rayos del sol.

El muro del barrero ha servido además para excavar las cuevas subterráneas, muchas de ellas en fase de recuperación construyendo en sus accesos o callejones verdaderos salones de encuentros familiares, de vecinos o de amigos.

El Ayuntamiento de Vega de Tera, del que forma parte Calzada de Tera, viene acondicionando la zona, instalando un mirador como atalaya de viajeros. Tras las labores de desbroce de la vegetación, podas de encinas y arranque de jaras, se ha procedido a instalar una rústica , aunque endeble, valla de madera para que el visitante contemple a sus pies la singular estampa de la naturaleza y la factura humana. Para que pueda divisar a la lejanía, no sólo el casco urbano más inmediato, el de Calzada de Tera, sino en el horizonte, el de Pumarejo o el de Melgar, y en un pequeño giro el de Calzadilla e, incluso el de Olleros.

El mirador del barrero en Calzada se acondiciona gracias a los trabajos del personal contratado con el Plan de Empleo de la Junta para el desarrollo de infraestructuras turísticas, del que este municipio participa hasta el mes de abril cuando se culmina el proyecto de recuperación de senderos naturales y enclaves. Una señalización permitirá acceder a la atalaya natural y ello desde el camino que sortea este Monte de Utilidad Pública designado con el número 40. Incluso desde la vía más señera y que se halla a sus pies, la de la calzada romana o vía XVII que dirige al viajero desde Astúrica Augusta (Astorga), hasta Bracara Augusta (Braga) sorteando esta zona de monte tras dejar San Juanico y Brime de Sog hasta llegar a Calzada. Al barrero, desde el que se divisa el río Tera y el puente de Oro, el construido recientemente que vino a sustituir al viejo pontón por donde las tropas romanas se dirigían con el oro extraído de las minas leonesas de las Médulas.