La temporalidad de los contratos laborales ha sido el común denominador en Benavente en la última década. El Servicio Público de Empleo introdujo en mayo de 2005 un nuevo sistema de evaluación del paro registrado y de las contrataciones que no permite comparar sin distorsiones con las series anteriores aunque los datos recogidos desde ese año evidencian que de forma paulatina la generación de empleo disminuyó y su calidad empeoró.

Aunque la mejoría económica se ha traducido en una evolución positiva de la demanda de empleo desde el año 2012 -en ese año el número de contratos realizados tocó suelo-, la recuperación no se está trasladando a la calidad de las contrataciones, que por contra parece seguir disminuyendo.

En los años 2005 y 2006, con la crisis a la vuelta de la esquina pero en plena cúspide de la burbuja inmobiliaria, casi dos de cada diez nuevos contratos que se formalizaban en Benavente era indefinidos o se convertían en indefinidos cada mes. Una década más tarde y pese a la mejora de la economía, apenas uno de cada diez nuevos contratos son o inicialmente indefinidos o se convierten en tales cada uno de los doce meses del año.

La temporalidad ha ido ganando terreno hasta el punto de que entre 2006 y 2016 las contrataciones indefinidas se han visto reducidas a la mitad.

Por tomar dos puntos de referencia y de comparación, hace diez años del total de nuevas contrataciones realizadas ese año, el 15% fueron o devinieron en indefinidas. En 2015, las contrataciones efectivas no solo eran poco más que la mitad que en 2006, la temporalidad también se cobró su espacio: solo el 7,39% de esas contrataciones fueron indefinidas o se convirtieron en indefinidas cada mes. La tendencia se reproduce también si se comparan los datos de 2007 y de 2016.

El año pasado se formalizaron en Benavente un total de 4.842 contratos. Diez años atrás el ejercicio había finalizado con 7.283 contrataciones. La diferencia es de un 34% menos sin tener en cuenta la pérdida de población que ha experimentado la ciudad en el periodo.

Con carácter general el sector servicios ha sido el principal generador de empleo en Benavente, pero ha pasado de generar entre el 70 y el 70% del empleo a convertirse en la mayor fuente de puestos de trabajo, con el 90% de todas las contrataciones.

La construcción es la segunda, pero el pinchazo de la burbuja inmobiliaria ha reducido su capacidad de generar empleo en un 87% en una década.

La crisis también ha pasado factura a la actividad industrial. La industria que ha sobrevivido generó el año pasado el 64% del empleo que demandaba hace diez años.