La corporación municipal de Fuente Encalada aprobó el proyecto para la construcción de un depósito de agua con el fin de permitir un incremento de la presión del líquido de la red.

La reducida presión con la que el agua llega a los grifos en algunas viviendas de las zonas más elevadas, sobre todo en las plantas superiores de las casas, ha obligado a que el Consistorio se haya inclinado por la construcción del depósito, para el que ya cuenta con la financiación por parte de la Diputación Provincial, y ello por un importe de 70.000 euros, confirmó el alcalde Victorino Núñez.

El nuevo aljibe será construido del tipo del actual, semienterrado aunque con una mayor elevación del que ahora suministra el agua a los vecinos, con el fin de lograr el objetivo propuesto, incrementar la presión. La construcción se ha proyectado junto al viejo aljibe para aprovechar las instalaciones ya existentes y aminorar los costes económicos.

En la ladera de "el Seijo", sobre una plataforma entre la zona rocosa y que sirve como elevada atalaya más cercana al casco urbano se construirá el depósito que vendrá a sustituir al actual construido en el año 1978. La antigua instalación se asienta semienterrada y su cubierta de hormigón participa del nivel de la rasante del terreno. En cambio, el nuevo proyecto permite una elevación de 9 metros desde el firme. Circunstancia que permitirá un aljibe mitad enterrado, mitad aéreo. Su capacidad vendrá casi a duplicar al vaso ahora existente.

Los 105 vecinos de Fuente Encalada, no 112 como erróneamente se publicaba ayer, y cuya población se ve notablemente incrementada en la época estival, se suministran del agua procedente de un sondeo municipal junto al camino de enlace con la localidad de San Pedro de la Viña. Desde ahí, el agua llega mediante bombeo hasta el aljibe en "el Seijo" y desde este depósito las aguas van conducidas por su propio peso hasta el casco urbano.

Fuente Encalada ha venido renovando la red de tuberías del abastecimiento de agua con el fin de evitar las fugas de la red e incrementar la salubridad del líquido para el consumo humano, dejando atrás las viejas tuberías de uralita. Junto a la mejora de las conducciones, se han instalado nuevos equipos de potabilización y tratamiento del agua y ello con el fin de permitir una óptima salubridad.