Melchor, Gaspar y Baltasar recibieron anoche las llaves de la ciudad para responder a las ilusiones de centenares de hogares benaventanos. La comitiva real entró en Benavente por Maragatos desde las siete de la tarde.

Una luminosa estrella fugaz convertida en carroza abrió este año la comitiva de los magos de orientes. 16 pastorcillos y pastorcillas previamente inscritos y convenientemente tutelados por un monitor lanzaron caramelos durante todo el recorrido subidos en esta carroza a la que siguieron conocidos personajes infantiles, como Pocoyo, Elefante y Patito, Epi y Blas; los Mínion, Bob Esponja, Patricio, Don Cangrejo y Calamardo; y Mickey y Mini.

Sus majestades de oriente, cada uno en una carroza-castillo, siguieron a continuación en la cabalgata benaventana. Cada mago ha recalado en la ciudad con dos pajes y cuatro ayudantes.

Algo más de una hora duró el recorrido de sus majestades por las calles del centro de la ciudad. Desde Maragatos a la calle Herreros, Santa María, la Plaza de la Madera, Candil, Sancti Spíritus, Juan Carlos I, de nuevo Santa María, la Rúa y la calle Carnicerías. En este punto Melchor, Gaspar y Baltasar descendieron de sus tronos y entraron en la Casa Consistorial por la calle la Encomienda provistos de los cofres para rendir tributo al Niño Jesús. Antes, Melchor recibió las llaves de la ciudad de manos del alcalde Luciano Huerga y dirigió unas palabras a todos los niños benaventanos desde el balcón de la Casa Consistorial. Tras la ofrenda en el belén viviente, sus majestades iniciaron la audiencia de los pequeños.

Durante la cabalgata se repartieron 700 kilos de caramelos aptos para celiacos. La Concejalía de Fiestas ha destinado 12.000 euros a esta cabalgata que estrenaba carrozas alquiladas en la vecina ciudad de Toro.