El puente sobre el río Eria en Villaferrueña va a cumplir un siglo de vida y ya se cuestiona su futuro. El Ayuntamiento y los vecinos pretenden que la Diputación amplíe la plataforma y la institución provincial analiza la memoria técnica que el Consistorio le ha presentado con esta finalidad. La propia presidenta de la Diputación, Mayte Martín Pozo, en su reciente visita a Villaferrueña abogaba por un previo análisis técnico de la estructura para contemplar la posibilidad de una ampliación o de una nueva construcción, asegurando además de "estar por la labor" de solucionar la estrechez viaria.

El Consistorio de Villaferrueña quiere que se mantenga la actual estructura del viaducto porque forma parte ya de la historia del pueblo. No obstante, se mantiene a la expectativa del estudio técnico. En todo caso, el alcalde Gregorio Martínez ya ha presentado ante la Diputación una memoria valorada de ampliación del puente a cargo de la Consultora C2R, suscrita por los ingenieros Carlos y Carmen Andrés García y que cifra unas obras de ampliación del viaducto valoradas en un total de 195.410 euros de los que 161.496 euros corresponden a la ejecución material.

La ampliación proyectada viene a paliar el problema de estrechez que presenta el actual puente que une ambas márgenes del río Eria y comunica los vecinos de una y otra orilla. El puente adolece de la seguridad vial exigida ya que dispone únicamente de un vial de sentido único destinado al tráfico rodado y no posee aceras para el trasiego de peatones. La solución propuesta consiste en la ampliación del tablero del puente con dos aceras de 1,20 metros, ya que de este modo se resolvería la seguridad vial de los peatones como aducen los técnicos. Esta actuación permitiría una plataforma de 6,40 metros. Para ello se tendría que demoler el extremo curvo de las pilas y ampliarlas 1,50 metros anclando las nuevas armaduras a la estructura de hormigón existente en pilas y losas, con taladros y resinas. El estudio proyectado contempla la colocación de 7 vigas de 1,20 metros de canto y 15 metros de vano colocadas en cada lado del puente y apoyadas en las ampliaciones de las pilas. Sobre las nuevas pilas se construiría una acera corrida en cada lado de 1,20 metros de anchura y 0,20 centímetros de espesor. El puente iría provisto con barandillas metálicas sustituyendo a los obsoletos y desvencijados materiales.

Esta es la solución propuesta que ahora viene estudiando la Diputación para este puente que fuera construido entre los años 1923 y 1924, en una época convulsa y de transición entre la monarquía de Alfonso XIII y la dictadura de Miguel Primo de Rivera. La factura de fábrica le pilló a los 533 vecinos en plena crisis social dándose el caso que un alcalde, Miguel Ramos Fernández se encargaba de promover las obras dejando el testigo a su sucesor Sebastián Ramos Ramos quien se hacía cargo del Consistorio el 9 de abril de 1924 a raíz de la destitución de la anterior corporación por orden recibida con fecha 7 de abril de 1924 del delegado gubernativo del Partido Judicial de Benavente.

El puente contó con un presupuesto de 101.000 pesetas, de los que 91.000 pesetas salieron de las arcas del Estado y 10.000 pesetas del pueblo. Los vecinos abonaron esta cantidad en dos años respondiendo solidariamente "los diez mayores contribuyentes de Villaferrueña" para que en el caso de impago se pudiera proceder ante los tribunales de Justicia, según se desprende de la documentación que obra en el archivo municipal.