Algo más de una treintena de personas se dieron ayer cita en la primera jornada de conferencias organizada por el Centro de Estudios Benaventanos (CEB) Ledo el Pozo para presentar algunos de los trabajos que han publicado en el último número de su "Revista Brigecio". La charla de ayer corrió a cargo del arquitecto Javier Carbayo Baz, que por primera vez publica para este Centro de Estudios, y que abordó la obra del arquitecto Miguel Baz en Benavente, el que fuera su abuelo.

La charla quiso titularla "3 arquitecturas, una guerra" para hacer hincapié en los diferentes modos de hacer arquitectura de este benaventano que contó con más de 150 obras en la ciudad. "Era capaz de adaptarse a cualquier tipo de arquitectura", destacó el conferenciante para hacer referencia a las dificultades que encontró Miguel Baz para plasmar su obra en una época en la que no siempre se podía hacer lo que uno quería en materia de arquitectura, como en otras áreas creativas.

La presentación de la charla, a cargo del presidente del CEB, Fernando Regueras, estuvo precedida por una breve presentación de la revista Brigecio que ya está en las librerías desde el mes de septiembre y de la que se han editado unos 500 ejemplares, como viene siendo habitual con esta publicación. Regueras, que estuvo también acompañado por la concejal de Urbanismo en la presentación, puso en valor la figura del arquitecto benaventano Miguel Baz que trabajó como arquitecto municipal en localidades como La Bañeza o Valladolid.

La charla de Javier Carbayo estuvo documentada con un importante fondo gráfico en el que se podían reconocer algunos emblemáticos edificios de Benavente como los antiguos juzgados, o el sanatorio del Doctor Rozada, ya desaparecido que fueron obra de Miguel Baz.

Precisamente un sanatorio llegó a construir en Valladolid "de mayor importancia, reconocido como edificio válido del movimiento moderno", puntualizó el ponente.

Baz, que acabó la carrera en 1932 y falleció en el año 1960, "se adaptó a lo que podía. Tenía una arquitectura muy pobre, con muy pocos medios económicos. Formalmente intentaba hacer arquitectura moderna, otra cosa es que le dejaran. Por eso muchas de sus obras estaban basadas en la arquitectura tradicional o la que el régimen le dejara hacer porque muy vanguardista no era posible. Se adaptaba a lo que había en ese momento, a lo que podía utilizar. Reducía su trabajo al lenguaje que le permitían", señaló Carbayo. "Al no poder disponer de acero, de hormigón lo resolvía con ladrillo, revestimientos o madera"

Miguel Vaz, aunque estuvo ejerciendo toda su vida de arquitecto municipal de La Bañeza, Ponferrada y, sobre todo, Valladolid desde el año 1939, trabajó para particulares. De su obra municipal destaca en Valladolid el antiguo José Zorrilla.

La publicación de Javier Carbayo pretende dar un paso más en la puesta en valor de la figura de Miguel Baz. Ya defendió su tesis doctoral el pasado año sobre "Cuarenta edificios, veinte años de arquitectura: la construcción en Valladolid y su entorno entre 1939 y 1959 a través de la obra de Miguel Baz García" y su intención es ir desgranando este tesis. Cuenta con un minucioso catálogo de 650 obras de Vaz y conserva bastante documentación en casa "porque mi abuelo era un hombre muy minucioso".

Hoy Eduardo Fuentes Ganzo abordará en una conferencia su trabajo "La II República en Benavente (I): de la utopía reformista a la revolución de octubre. 1931 - 1934". Será a partir de las 19.30 horas, en la Casa de Cultura La Encomienda.