Los paramentos pétreos de la iglesia de Villaferrueña vuelven a contar con su original estampa. Ese edificio religioso que ha sido postal de innumerables tomas fotográficas con la Sierra de Carpurias al fondo y testigo de no pocas celebraciones, recobra su esplendor en una de las zonas más emblemáticas constructivas, la de la espadaña

Gracias a la financiación de la Consejería de Cultura por un importe de 31.829 euros, la empresa adjudicataria, Construcciones Manuel Villalpando, viene ultimando en estos días la intervención de obra con fidelidad a su origen constructivo. Incluso la deteriorada cruz de material de pizarra que coronaba la cúspide de la espadaña ha sido sustituida por una de similares características.

El proyecto de restauración de la espadaña sigue el patrón del arquitecto Eduardo Fuentes Ganzo y viene a consolidar los paramentos de acceso al campanario, así como la estructura mural cuyos materiales pétreos presentaban ya no sólo fisuras en los muros, sino el riesgo de algún que otro desprendimiento.

El rejunte de piedras, acondicionamiento general del acceso en su escalera de caracol, construida con material pétreo y a cuyas huellas de la escalera se les aplica un chapeado enrejado, el revestimiento con losas del pináculo, la intervención en los vanos de las campanas, así como el repintado del maderamen de los yugos de estos dos instrumentos sonoros, forman parte del conjunto de actuaciones previstas de completar en los próximos días, aseguraron desde la empresa. Unas campanas que fueron ya refundidas en una casa palentina en el año 1923, la una con 196 kilogramos y la más grande con 350 kilos. Una refundición más reciente, debido a fisuras en el metal, también se tuvo que realizar en el año 1993.

La intervención de obra sucede a la llevada a cabo anteriormente en el acondicionamiento del antiguo camposanto que rodeaba al edificio en la parte de la sacristía y a la propia espadaña. Tras reforzar el muro de la sacristía con la construcción de dos contrafuertes se procuró un patio cuyo pavimento refleja la sensibilidad de los vecinos con sus antepasados. Actuaciones éstas, llevadas a cabo hace cinco años por el propio Ayuntamiento buscando así mismo paliar las humedades al edificio. De ahí el drenaje perimetral realizado.

El edificio de la iglesia de Villaferrueña, dedicada a la decapitación de San Juan, fue construido en los albores de la segunda mitad del siglo XIX. Una inscripción pétrea se alza sobre el enrejado de una ventana de la nave de cabecera detallando la factura de limosna del inmueble en el año 1855. Con el favor del pueblo, de sus vecinos, y del Obispado de Astorga, se intervino también hace dos décadas en la reforma de la cubierta de las naves de cabecera y de la nave central. La espadaña que ya entonces presentaba signos de deterioro se dejaba para una acción posterior, como así ha ocurrido ahora.