La ordenanza reguladora no será la única modificación que se acometerá antes de las fiestas del Toro Enmaromado 2017. La Concejalía ha presupuestado 45.000 euros para modificar el toril, que será ampliado. La seguridad es la razón primera de este cambio. La segunda es garantizar la tranquilidad del animal en todo momento. En los últimos años, aunque menores, los enmaromadores han sufrido pqueños percances durante esta tarea. Las instalaciones, a juicio de Patricia Martín, no son las que se corresponden con el momento qué vivimos. "La seguridad tiene que ser lo más alta posible", alega. El actual toril se mantendrá, y su cometido será el mismo, pero el edificio auxiliar municipal contiguo pasará a ser parte de las instalaciones. La reforma es ambiciosa. Los enmaromados dejarán de desembarcarse en la calle, a la vista del público. La faena se realizará dentro de la nueva instalación, donde habrá tres toriles pensando en el descanso de los animales con el espacio suficiente. El astado sólo podrá ser vistos por el público y de manera regulada a través de un pequeño cristal opaco al uso de los que se utilizan en los interrogatorios policiales. Ver sin ser visto, para no alterar al bravo cada año. Esa es la idea. El enmaromado solo pasará al corral de enmaromamiento desde los toriles interiores y a través de una magna poco antes del festejo, con el tiempo suficiente para ser enmaromado y para estar listo para la salida. El actual mueco también será sustituido. Se construirá y se instalará uno más amplio y más seguro para que quienes desempeñen la tarea no corran "ni el más mínimo riesgo cuando estén enmaromando al toro".