"Será corta, pueden ser 10 ó 15 días", así se refieren a esta temporada los aficionados de la recolección de setas en la comarca. Las tardías lluvias tienen la culpa de que los campos no sean este otoño generosos en producción de hongos y setas. Y de ello da fe uno de los micólogos de la zona, Herminio Pérez Fernández, miembro de la asociación micológica zamorana, que participa año tras año en las jornadas micológicas y cinegéticas organizadas por la asociación Juventud de Pozuelo de Vidriales en esta localidad.

Este vecino junto a un buen número de aficionados ha venido participando en la ya IV edición de estas jornadas que se han venido celebrando durante el fin de semana. En esta ocasión, la temporada de recogida de setas no ha sido tan pródiga como en las pasadas ediciones, ya que el grupo ha podido recoger de los campos de Pozuelo entre 30 y 40 especies diferentes cuando en las citas anteriores este número se incrementaba considerablemente llegando a presentar en la muestra expositiva más del centenar de ejemplares diversos.

Una muestra expositiva de setas con el afán didáctico como lo fue la charla impartida en la tarde del sábado por el Herminio Pérez quien gracias al soporte de imágenes fotográficas explicó a casi el centenar de asistentes las diferentes variedades que se producen en la zona haciendo hincapié en las mejores setas comestibles de estos montes vidrialeses y sus posibles confusiones con las tóxicas.

Los vecinos de Pozuelo de Vidriales forman parte ya del selecto grupo de micólogos gracias al buen hacer de estas jornadas. Un buen ejemplo lo constituyen los niños ya que no pocos de ellos "saben más que los mayores", al decir de un adulto apuntando a la diferenciación de especies.

El centenar de participantes en estas IV jornadas no sólo se acercaba a la muestra expositiva fruto de la recolección con salidas al campo, sino a los generosos menús, tanto en la cena del sábado como la comida del domingo, elaborados por el cocinero nacido en el pueblo, Pedro Pérez Antón, del restaurante murciano "La Muleta". Baste como ejemplo el degustado ayer a base de estofado de codorniz con trompetas de la muerte. Risoto de boletus con parmigano, setas con gambas y salsa pomzu, revuelto de setas de cardo, jabalí estofado al vino de Toro con castañas y boletus y, para terminar, un bizcocho micológico.

Y de la cena mejor no hablar, porque los comensales unánimemente elogiaron los generosos platos de bonito de conejo con zanahorias, níscalos y salsa Astigiana. Gallo de San Pedro con ensalada licuada de pimientos asados y salteado de setas de jamón. Cocido 3.0 con boletus, abanico ibérico con salsa perigot y crema de patatas con setas y, claro está, un postre micológico; como para no recordarlo.