Interpanel, la maderera de Villabrázaro perteneciente al grupo Tablicia, fue comprada en subasta concursal el 4 de junio de 2013. El magnate de Kronospan, Peter Kaindl, que acudió en persona a la subasta, zanjó la puja ofreciendo 20 millones de euros, y descabalgó así a las otras dos empresas competidoras.

El Plan de Liquidación de Interpanel valoraba como un factor positivo de las ofertas la permanencia de la actividad, su viabilidad a largo plazo y el cumplimiento de la bolsa de empleo pactada en el Expediente de Extinción de Relaciones Laborales.

El plan de actuación que Kronospan presentó a los administradores concursales contemplaba estos tres compromisos. Por eso ayer, los responsables de UGT no dudaron de calificar de "robo" y "fraude" el incumplimiento del acuerdo de compraventa.

Kronospan pagó inicialmente dos millones de euros por Interpanel y se comprometió a satisfacer los 18 restantes en seis meses, aunque luego pidió una prórroga. Hasta el verano de 2014 la multinacional habló en varias ocasiones de reabrir las instalaciones, aunque mientras sus responsables hacían manifestaciones en este sentido, se desmantelaban partes de la factoría de Villabrázaro para trasladarlas a las fábricas adquiridas en Burgos y Palencia, donde también, y a pesar de haberse comprometido a mantener el 100% de la plantilla, llevó a cabo regulaciones de empleo.

Hace dos años advirtió públicamente a la Junta que si no incrementaba la subasta pública de madera desmantelaría la fábrica y la trasladaría a centroeuropa. La Junta, como recordó ayer UGT aumentó la oferta de madera de los montes públicos, pero Kronospan, lejos de cumplir con su compromiso de reanudar la actividad "ha engañado a la comarca de Benavente".