Las palomas se han convertido en un problema para la Estación de Autobuses de Benavente. Un número indeterminado de ejemplares ha anidado bajo las cubiertas externas, tanto en el acceso desde las dársenas de los vehículos, como en el acceso principal al recinto. La consecuencia de este anidamiento es la suciedad. Las deposiciones de las palomas, no solo ensucian las dos entradas principales al recinto, sino que provocan resbalones y quejas de los usuarios, como las que el viernes hicieron llegar a este periódico. Los restos de las deposiciones, que con frecuencia caen sobre los viajeros, crearon casi un manto en la entrada principal. "A veces se limpia antes, otras veces tardan más pero siempre hay restos", explicó uno vecino quejoso. Las empresas que mantienen las instalaciones proyectan colocar elementos disuasorios para ahuyentarlas, pero de momento las palomas siguen dejando su impronta.