El derribo del último de los tres inmuebles contiguos a la Casa Consistorial de la Plaza del Grano se llevará a cabo esta tarde extremando las medidas de seguridad. El mantenimiento de la fachada protegida ha dado más quebraderos de cabeza de los previstos pese a que se había apuntalado hace semanas.

Desde el miércoles, tanto la constructora encargada de la demolición como la empresa contratada específicamente por la propiedad para sostener la fachada han trabajado para asegurar el refuerzo del alero con más puntales. El martes, en plena operación de derribo se descubrió que esta parte del inmueble podía venirse abajo. Los refuerzos colocados tras separar las vigas de madera a las que estaba adosada deberían permitir que los trabajos de demolición del resto del edificio se consumen sin contratiempos, según explicaron fuentes municipales.

En cualquier caso, el equipo de Gobierno ha pedido a la constructora encargada del derribo que no inicie los trabajos hasta que finalice la jornada lectiva en el edificio municipal. Así las cosas, esta última fase, la más delicada de este derribo programado, no comenzará hasta las 15.30 horas, cuando ya no haya nadie en el edificio Consistorial. Se pretende así garantizar "al máximo" la seguridad.

Tal y como se había previsto la pasada semana y una vez reforzado el alero, la demolición se irá ejecutando de arriba a abajo por plantas y de manera controlada.