Ataviada "de domingo", arropada por sus familiares y amigos y en el lugar donde pasa día tras días las horas disfrutando de su barrio, Efigenia García Arias, recibió ayer un homenaje que le hizo emocionarse al recibir de algunas de sus biznietas un ramo de flores "muy bonito", según reconoció. A sus 98 años de edad conserva recuerdos de décadas en el barrio de Santa Clara donde llegó cuando ni siquiera era un barrio. "Yo fui la primera que vine a dormir aquí, al edificio donde todavía vivo", recordaba, sin olvidarse de Demetrio, su marido ya fallecido.

La de Efigenia es una familia longeva puesto que todos los hermanos, los que aún viven, tienen más de noventa años. Esuperia, el próximo mes, se hace centenaria. "Hemos sido siete hermanos y siempre fuimos uno, ahora los que quedamos igual, somos uno", indicaba la mujer muy querida en el barrio de Santa Clara que celebraba ayer una misa a pie de calle, a la que no faltaron representantes municipales, de la asociación de vecinos del barrio y de otras zonas de Benavente.

Se confiesa una "conformista" y es que dice que prefiere disfrutar de la vida, porque dice que le gusta todo. En su vida cotidiana dedica gran parte de sus horas a pasarlas con sus amigas. "Hay días que baja mi hijo conmigo, pero yo también bajo sola. Nos sentamos en el parque, con las amigas, y vemos pasar las horas. Yo no me quejo de nada, a mí me gusta como está el barrio, pero otras sí, otras se quejan de todo, yo no protesto, para qué, si me va a dar lo mismo", indicó.

Esta mujer que nació en La Torre del Valle tiene dos hijas, Marcelina y Antonia, y un hijo, Rosendo. También cuatro nietos y siete biznietos. "Estoy muy contenta porque me han acompañado, soy una mujer que se conforma con todo y esto es para estar contenta", añadió la vecina de Santa Clara.

No quiso olvidar que no siempre vivió en este barrio, antes lo hizo en la zona del Toril, pero es aquí, en Santa Clara donde más ha disfrutado de la vida. De la Torre donde nació tampoco se olvida y dice que "dejé allí a mis padres y siempre hemos ido", reconoció esta mujer que laboralmente se dedicó en otros tiempos al campo y trabajó en la cocina del Sansueña.