La XVII Feria del Libro se despidió ayer y lo hizo de la mano de los niños, los que más vida han dado a este foro en el que se han dado cita más de treinta autores para presentar sus publicaciones. Eugenia Manzanera hizo las delicias de niños y mayores con sus cuentos, su historia al viento y logró mantener atentos a los peques de principio a fin. Cargada con su maleta de cuentista fue sacando de ella cuentos en prosa y también en verso, como el de la cebra Camila, cuentos divertidos y didácticos, en los que no faltó el ritmo, el del blues, ni la animación. Hasta el final, con sus adivinanzas logró la participación de niños y mayores.

Manzanera, o como se hace llamar cuando es cuentista Mamúa-sel, fue jugando, haciendo rimas, e interactuando con el público antes de dar paso a la lectura en alto por los niños del libro de Pilar Nicolás María, "Doña Cleta en busca del tesoro".

No podía ser mejor la despedida de esta feria que ha quedado un poco descafeinada en cuanto a visitantes. Aunque lo cierto es que se lleva un diez en cuanto a organización, según los libreros participantes que, en esto, sí que han estado de acuerdo.

Para valorar

Ahora queda sobre la mesa la reflexión sobre lo que ha sido esta Feria del Libro con todos los ingredientes para que sea un éxito en su balance pero que no puede serlo porque sencillamente el público no ha respondido a algunas presentaciones, ni lo ha hecho a la firma de libros.

Sí han tenido más éxito las presentaciones de los autores de la zona y sí ha quedado satisfecha la Asociación de Escritores de Madrid que volverá a repetir en la próxima edición. Varios autores han estado en la caseta propia con la que han contado en la feria y numerosos han sido también los lectores que se han querido pasar por esta caseta para hacerse con nuevas publicaciones o conversar con los escritores. Para ellos esta feria es una oportunidad para darse a conocer y ya han cumplido su quinto año de asistencia.