Al joven Carlos Gabriel Jáñez Fernández no le falta decisión, una determinación que se adivina en sus ojos y en cómo encara la vida a pesar de las dificultades de ser emprendedor en el mundo rural. Acaba de iniciarse en el mundo hostelero y regenta ya tres locales por otros tantos pueblos de la comarca; y la cosa no queda ahí, porque se halla ya inmerso en una aventura empresarial que aunque le trae quebraderos de cabeza, su decisión y empuje es firme. Su próximo destino está en la ciudad charra para tomar las riendas de un céntrico hotel de cuyas negociaciones no quiere avanzar, como es lógico.

-¿A qué se debe su incursión dentro del sector hostelero?

-Estaba ya un poco cansado de trabajar por aquí y por allá, a lo que salía, y veía que únicamente estaba la hostelería o la construcción, y esto último no lo veía muy bien, así es que me incliné por dedicarme a la hostelería.

-Actualmente regenta ya tres locales y parece ser que está en plenas negociaciones para hacerse con la propiedad de un hotel en Salamanca...

-Comencé cogiendo hace meses el bar Columba, en Manganeses de la Polvorosa, que se encontraba cerrado desde hacía un tiempo y ahí arrancó el motor para continuar, para no quedarme solo en eso. Me ocupo ahora de llevar el bar chiringuito del área de ocio y recreativa "el Hoyo", junto al río Tera en Milles de la Polvorosa, y también el bar del Centro de Día de Santa Cristina de la Polvorosa. Lo del hotel, estoy en negociaciones con el propietario y, de momento, va bien la cosa. Soy joven y tengo toda una vida al frente, y, además de la ayuda que me dan, no será por las ganas y la ilusión. Con ilusión y esfuerzo se puede salir adelante.

-¿Estos tres locales pueden contar con un público que les diferencia?

-Uno es un bar en la plaza del pueblo, el otro está en un edificio de servicios múltiples y en una zona donde se ejercen muchas actividades lúdicas, y el chiringuito es más de un público familiar y juvenil, aunque viene gente de todas las edades y de diferentes lugares atraídos por la acogedora zona junto al río Tera.

-¿No será mucho abarcar?

-No creo, porque tengo ayuda y muchas ganas de seguir adelante, y además quiero mantener un contacto permanente en todos los lugares, que hasta ahora lo voy llevando.

-Parece que lo tiene muy claro. ¿El verano apunta positivo para el sector?

-Yo creo que sí, aunque ello depende también mucho de la climatología, sobre todo en la zona de baño. El buen tiempo hace que la gente salga a la calle y acuda a las terrazas, pero ello te lleva a exigirte en el servicio que le debes dar al cliente. Estar atento a sus demandas y, sobre todo, escucharle.

-¿Y tener algo de complicidad?

-Claro, eso quiero decir con estar atento y escucharle y si se puede atender sus propuestas, pues mejor. Por eso quiero ofrecer conciertos en la zona ribereña de Milles o servir pollos asados en Santa Cristina, por ejemplo.