Una quincena de menores de edad participaron ayer en el primer taller intergeneracional celebrado en Benavente. Organizado por la Concejalía de Juventud en colaboración con Cruz Roja, el objetivo es que los mayores enseñen a los niños en unas clases y que en otras sean los pequeños los que enseñen sus mejores habilidades a los adultos.

A partir de ocho años, "porque antes hay destrezas que pueden no tener desarrolladas" y "sin límite de edad por arriba", como explicó la edil del área, Nuria Herrero, el objetivo es enganchar a la gente a aprender fomentando la relación entre personas de distintas edades.

Ayer tocó ganchillo en la primera sesión, que se trasladó del Punto Joven a los paseos de La Mota para disfrutar de la buena temperatura y aprovechando la sombra de los árboles.

Tanto niños como niñas se mostraron dispuestos a aprender los mejores trucos para elaborar una pulsera de lana, elemento para iniciados.

Ainhoa Luis, una de las niñas participantes, confesó que nunca había practicado ganchillo y añadió que "una vez que le coges el tranquillo es fácil". A su lado otra niña, Nerea Barrios, que tenía "algunas nociones" que le había enseñado su abuela.

Víctor Aguilar expresó que le gustaría elaborar "un monedero para mi madre", pero como el objeto requería de un nivel superior continuó con la pulsera.

Entre las monitoras, Mari Cruz Fidalgo se mostró tan dispuesta "a enseñar como a aprender, porque los pequeños también saben cosas que nosotros no y al revés".

Beatriz García, coordinadora por parte de Cruz Roja, explicó que se había elegido la pulsera "por ser sencillo para empezar" y se mostró "dispuesta y disponible" para dar continuidad a la actividad, que ayer tuvo tanto éxito, que la Asamblea Comarcal de Cruz Roja Benavente propondrá realizar sesiones intergeneracionales durante el curso escolar, para que la activida "no se quede en un solo día", como expresó ayer una de sus responsables.