Terraplenes abiertos a ambos márgenes de la carretera. La hierba invadiendo la calzada y cegando las cunetas. Una carretera sin señalizar su pavimento, al menos la línea longitudinal del eje de la calzada.

Esta es la situación que presenta la carretera entre Abraveses y Micereces de Tera y los vecinos y conductores se vienen quejando de ello por el riesgo para la circulación rodada. Hasta el alcalde de Micereces de Tera, Carlos Martín viene abogando porque la Diputación dé una solución y asegura que "debo ser de los pocos alcaldes que la presidenta todavía no ha recibido", decía ayer apuntando además de que la última misiva la remitió hace dos meses y todavía espera una respuesta. Carlos Martín pretende trasladar a la presidenta de la institución provincial algunos de los temas que afectan a su municipio y, entre ellos, se encuentran retomar las obras de la carretera de la que es titular la Diputación.

La falta de señalización de esta carretera tanto la pintura sobre su pavimento como las señales verticales obligan a extremar más aún la circulación. Porque las cunetas abiertas por las suspendidas obras , "ya no son tales, son terraplenes", advierte el regidor de Micereces. Y no le falta razón como ha podido constatar este diario. La peligrosidad se incrementa debido a la proliferación de la maleza que ciega estos terraplenes confundiendo a los conductores.

Una carretera abierta al tráfico cuyo mayor peligro no se encuentra en su estrecho pavimento, sino en sus márgenes con terraplenes de más de un metro de profundidad y ocultos por la abundante hierba. Este es el panorama que presenta la que sin lugar a dudas es actualmente la carretera más peligrosa de la comarca.

El caso es que los técnicos de la Diputación elaboran un informe sobre la resolución del contrato con Acciona, la empresa que resultó adjudicataria de las obras de refuerzo del pavimento y acondicionamiento general del tramo entre Abraveses, Micereces y Aguilar de Tera por importe de 1.117.904 euros y las paralizó hace ya casi un año. Precisamente "por incumplimiento" de los plazos la Diputación decidía a principios de febrero de este año resolver el contrato. Y es que llovía sobre mojado porque la adjudicataria sólo ejecutó el 4% de la obra y ya la había paralizado en varias ocasiones. Unas obras con contrato de ejecución suscrito el 25 de noviembre de 2014 y con un plazo para ejecutarlas de 5 meses. A fecha de hoy la Diputación todavía no ha licitado las obras para continuar con los trabajos.