"Burlera", el torito del alba de este año, hizo honor a su nombre y esquivó algunas de las calles del recorrido para poder llegar al matadero.

El trayecto se completó en cuarenta minutos y fue acortado por la travesía de la puerta de Santiago (esquina de los multicines). No hubo segunda argolla en la plaza de los Leones y enfiló el trayecto final bajando por la calle Ancha, no sin antes despistarse en muchas de las bocacalles que encontraba a su paso, como hizo desde la salida, en la que recibió su primer golpe estrellándose contra una pared, motivo por el que el hocico no dejó de sangrarle en lo que restó de recorrido, donde su embiste contra varios muchachos y muchachas propició varios sustos.

Siete heridos de carácter leve fueron atendidos por los servicios sanitarios y tres de ellos trasladados al Hospital Comarcal, uno de ellos por posible fractura.

Por lo demás, contusiones por caídas, algunos por acercarse demasiado al torito y otras por ser sorprendidas en el recorrido, sin considerar que al sitio elegido para verlo podía llegar el pequeño enmaromado.

Multitud de jóvenes marcaron el ritmo con una única parada en la primera argolla, en la plaza de la Madera. A partir de ahí el animal de los Hermanos Bragado bajó el ritmo y frenó su carrera hasta llegar a la calle Los Carros.

Junto al aparcamiento de La Mota se le echó agua para ayudar a refrescar al animal, aunque la multitud de gente era tal que el torito apenas daba un paso hacia adelante y dos para atrás.

Las cuestas le ayudaron a arrancar, ofreciendo buenas carreras para los que llevaban la maroma, mientras que las largas pausas sirvieron para el disfrute de quienes eligieron un punto concreto, la mayoría cámara de fotos o móvil en mano para inmortalizar el momento. En los corrillos se habló del veto a uno de los enmaromadores, Carlos Lorenzo, que tras catorce años realizando esta labor, en esta ocasión" no soy bien recibido" según aseguró él mismo.

Cuando finalmente entró en la planta baja del Centro Cívico El Ferial, último punto del recorrido, antes de que la bomba final sonase, el público aplaudió y gritó "toro, toro" pidiendo más.