A la buena noticia de la carrera de "Lechugazo" se sumó otro mejor: el recorrido fue limpio sin heridos por asta de toro. Los 44 minutos que el burel de la ganadería de Samuel Flores estuvo en la calle se saldaron con cuatro heridos leves, todos ellos atendidos en el hospital de campaña, y enviados a sus domicilios tras ser curados. Los golpes y las caídas fueron la causa. La lesión de mayor entidad atendida por el equipo sanitario fue una luxación de hombro sufrida por R. G. F., de 21 años de dad y natural de San Cristóbal de Entreviñas.

Un vecino de Benavente cuyas señas de identidad se corresponden con las iniciales J. V. G. recibió varios puntos de sutura el tercer dedo de una mano. Fue la segunda herida de importancia que dejó tras de sí la carrera de este segundo enmaromado.

Otro benaventano, J. M., de 45 años, fue atendido de una contusión en la cabeza; y A. V. F., también vecino de Benaventa, fue curado de erosiones en un codo por una caída y dado de alta.

Apenas una hora y media después de que la bomba que daba cuenta de la llegada al matadero de "Lechugazo", el hospital de campaña había finalizado su trabajo.

Tras el buen sabor de boca de la carrera del Toro de las Peñas un fuerte aguacero se desató sobre la ciudad. Se mantuvo durante casi una hora mientras Benavente afrontaba las últimas horas de esta edición de la Semana Grande. Durante la mañana fue suspendida por la lluvia la gran tirada al plato XX Gran Premio Toro Enmaromado en el campo de tiro "El Jaral" e igualmente la entrega de premios prevista tras la finalización del recorrido del enmaromad.

Al cierre de edición de este periódico estaba previsto el comienzo de la sesión de fuegos artificiales a cargo de Pirotecnia Benaventana desde la zona de la Pradera y de la antigua estación de tren, y a la una de la madrugada, tras la despedida de la charanga Jarra y Pedal que ha amenizado los festejos desde el disparo del chupinazo el pasado lunes, estaba prevista la despedida particular de cada una de las trece peñas del Toro Enmaromado.