Las miradas de los devotos del Bendito Cristo de la Salud en Fuente Encalada se elevaban a lo alto. Se fijaban sobre el rostro del Crucificado. Algunas de ellas con agradecida emoción por los favores recibidos.

El día del Cristo de la Salud en Fuente Encalada no es un día cualquiera, porque sus vecinos llegan a modificar el horario de atención a sus pequeñas haciendas domésticas para acudir a misa y procesión. O mejor aún, primero a la procesión y después a la misa, como mandan los cánones en los desfiles procesionales con las imágenes de vírgenes y santos e, incluso de Crucificados, a excepción de la procesión con la Custodia, de la presencia del Santísimo en la calle, que se realiza al final de la misa.

El Bendito Cristo de la Salud salía en andas a la calle precedido por el mozo con el ramo y de la cruz que portaba al vecino Antonio "el portugués" quien se había encargado este año de sufragar el novenario y la emotiva fiesta. Una ordenada comitiva enfilando las calles para atravesar la carretera de Villageriz donde se encontraba el desaparecido templo de santa Marina. Lo devotos enfilan la calle del poeta Antonio Colinas para regresar a la iglesia parroquial por la carretera de La Bañeza. Los atronadores disparos de cohetes no logran mitigar el cántico de los devotos durante el recorrido procesional. Rodeando al Bendito Cristo, un grupo de vecinas ataviadas con ricos trajes tradicionales y no menos valiosas alhajas se agrupan a las monumentales puertas de la iglesia que goza de protección cultural para dirigirse con el mozo del ramo hasta el altar, a los pies del venerado Cristo de la Salud, entonando unas antiguas loas en un lento y ceremonioso caminar por el pasillo del edificio religioso hasta llegar al presbiterio.

El mozo, ya entrado en años, entrega al vecino Antonio el ramo del Cristo para recibir del párroco Miguel Hernández la bendición extendida al grupo de cantoras. Tras la misa, los devotos se reúnen a las puertas de la iglesia para subastar las roscas del ramo del Cristo de la Salud y pasar a degustar un aperitivo en el bar. El local hostelero se convirtió en centro de reunión del pueblo, de sus vecinos, algunos llegados de fuera para esta jornada festiva en honor al Bendito Cristo de la Salud. Una fiesta "de cazuela" y de encuentros familiares, para que en la localidad de Fuente Encalada las tradiciones no se pierdan.