Desde la iglesia parroquial hasta su sede, en la ermita ubicada en el cerro bautizado con su nombre. Este es el recorrido realizado al mediodía de ayer por los vecinos de Brime de Urz. Un itinerario tradicional como lo es el marcado en el calendario para la bajada del santo, en la fiesta del domingo de Resurrección, cuando "toque" en el calendario. La de regreso, se realiza en el fin de semana en torno al 6 de mayo.

Y ayer sábado 7 de mayo se retomaba esta tradición por los devotos y vecinos de Brime de Urz. La comitiva procesional cruzaba el puente del arroyo Almucera, de cuyas aguas se nutren los terrenos ribereños y permite alimentar los pozos construidos de los que hasta hace años surgía el agua a través de los cangilones de la noria para regar los huertos.

San Esteban, el patrón de Brime de Urz, iba acompañado en su regreso a la ermita por la imagen de la Virgen del Rosario. Los mayordomos con sus varas y los devotos turnándose para subir al santo. Un ascenso empinado por el promontorio rocoso de las estribaciones de la Sierra de Carpurias y al que se le ha practicado un vial de acceso para optimizar la llegada hasta la explanada en la cumbre. A medio camino, en las faldas del cerro y como vigía del puente, se alza un edificio castillo bodega donde ondean banderas sin fronteras. Sus propietarios, descendientes de Brime de Urz, el dúo musical Los Dos Españoles, hacen patria si perderse la cita festiva de homenaje al santo patrón. La llegada a los pies de la ermita sirve para bendecir la campiña, los campos que ahora están más que floridos y hermosos y su verdor se extiende hasta la lejanía. Cuando San Esteban entra en su sede, se siguen viviendo momentos de emoción con evocaciones desde la niñez.

Una misa cantada despide al santo y la comitiva procesional enfila el descenso con la imagen de la Virgen. Por la noche los vecinos disfrutaban con una verbena a cargo de "Divertimento" y esta noche el baile corre a cargo la disco-móvil "Sonido".