Gaspar Barrero González falleció el pasado 22 de abril a los 79 años tras sufrir una enfermedad.

Sindicalista activo y militante del Partido Socialista destacó por su carácter luchador y por "mirar más por ayudar a los demás, que por cuidarse a sí mismo", tal y como explican fuentes de la familia, sobrecogidos por el dolor que supone su pérdida.

Vivía en Benavente desde hace cuarenta años, lugar donde es muy conocido tanto dentro del mundo sindical, como miembro de la Unión General de Trabajadores, como por su actividad en el Partido Socialista.

En las pasadas elecciones municipales, celebradas en mayo del año pasado, cerraba la lista del PSOE que concurría a gobernar en el Ayuntamiento. Esta posición refleja el lugar que prefería ocupar, sin destacar en cargos ni salir en la foto de cara al público. Su trabajo fue como el de una hormiga que trabaja con tenacidad para mejorar los derechos de los trabajadores.

Ya de joven, cuando vivió en País Vasco, formó parte de las reclamaciones laborales, así como en los nueve años que vivió con su familia en Burgos.

"Estaba metido en todo, pero no quería destacar", expresan fuentes familiares.

Fuentes cercanas a Barrero González lo definen como una persona "fiel a la defensa de los derechos sociales y laborales, dejando su dinero y su propia vida en ello"

Multitud de familiares, amigos y compañeros de lucha acudieron ayer a Benavente para despedirle y dar sus condolencias a la viuda, hijos y nietos de Gaspar.

Se celebró una misa en la iglesia de la Virgen del Carmen y, a continuación, el traslado de sus restos al cementerio pasado el mediodía, donde ahora descansa en paz.

Su legado sigue vivo a través de los derechos sociales por los que luchó y hoy siguen en vigor.