El deshielo y una semana de lluvias han vuelto a poner en jaque a parte de la comarca benaventana cuando aún no se han concedido o pagado la mayoría de las ayudas reclamadas por los daños causados por las inundaciones del pasado mes de enero.

Campos encharcados de agua, cunetas anegadas en la carretera N-525, balsas en algunas carreteras provinciales y los ríos Tera, Esla y Órbigo desbordados ya en algunos puntos y aumentando su caudal con el paso de las horas. Esta era la fotografía ayer por la mañana, poco después de que la Confederación Hidrográfica del Duero alertará de crecidas, fundamentalmente en Camarzana de Tera y Mózar de Valverde, pero también en el área de influencia del arroyo Castrón.

"Si bien se venía observando un descenso en los caudales de los ríos en sus cabeceras, (trasladándose las ondas de las avenidas a los tramos medios y bajos de los ríos) teniendo en cuenta que durante el día de hoy, continúan produciéndose lluvias generalizadas en toda la cuenca, se comienzan a apreciar en las últimas horas nuevos incrementos de caudales, que pueden superar a los máximos registrados hasta el momento. Teniendo en cuenta que para los próximos días se pronostica continúen las lluvias, se prevé que el presente episodio de avenidas se pueda prolongar durante varios días, pudiendo afectar a estos y otros cauces", advirtió la CHD en una nota de prensa.

Lo cierto es que por la tarde, los ríos Eria y Órbigo se habían comenzado a desmandarse en Morales de Rey, en Manganeses y en Fresno de la Polvorosa, donde una amplia superficie de cultivos se vieron anegados.

El Tera y los arroyos Castrón y Almucera, debordados en Camarzana y en Mózar, seguían subiendo. A mediodía, la presa de Nuestra Señora de Agavanzal, el último embalse que regula el río Tera, estaba aliviando agua a un fuerte ritmo. Previsiblemente, los efectos de esta suelta continuada de agua en Agavanzal, se dejarán sentir durante la noche o durante la madrugada.