El Ayuntamiento de Benavente recurrirá a los servicios de una empresa externa para tratar de cobrar los nueve millones que le deben sociedades y ciudadanos. Los buenos resultados recaudatorios obtenidos con el Plan de Inspección Tributaria puesto en marcha con la contratación adicional de una empresa externa en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), y sobre todo, las advertencias realizadas hace dos semanas por el Consejo de Cuentas de Castilla y León, han decidido al equipo de Gobierno ha explorar la vía de la externalización en el cobro de la deuda municipal, en su mayoría ligada al impago de tributos, tasas y precios públicos municipales.

Según los informes del Servicio Municipal de Intervención, a 31 de diciembre de 2015 quedaba pendiente de cobrar una deuda de 2,9 millones, a la que hay que sumar otros seis millones de otros ejercicios anteriores. En estos documentos, el interventor deja constancia de cuál es el principal problema de la hacienda pública benaventana.

En el cálculo de los saldos o provisión efectuada por la Intervención Municipal, "se ha podido constatar tanto la antigüedad de algunos de los derechos pendientes de cobro como su nulo o escaso grado de recaudación, lo que debe llevar a considerar, más allá de su declaración como de dudoso cobro, su anulación o baja en cuentas, sin perjuicio de que el ayuntamiento deba adoptar e impulsar todas las medidas a su alcance, previstas en las normas, para proceder a la recaudación de sus derechos", recomienda el interventor al hilo de las recomendaciones del Consejo de Cuentas.

De hecho, "se ha comprobado la existencia de importantes deudas tributarias y en concepto de subvenciones" que se remontan al ejercicio 1992 y se extienden a los sucesivos con un grado de realización o recaudación nulo o ínfimo.

"Así, un montante de deuda, por 247.530,64 euros, corresponde a los años 1992 a 2002 y a diferentes conceptos, principalmente de carácter tributario, no produciéndose para ellos recaudación alguna. También en ejercicios más cercanos se computan importantes deudas tanto tributarias como no tributarias con un muy reducido porcentaje de realización, que pone de manifiesto la existencia de una deficiente gestión recaudatoria", explica en los informes sobre la liquidación del presupuesto de 2015.

En el ejercicio de 2013 se localizan los datos más sangrantes, según se desprende de estos informes. Ese año el Ayuntamiento no fue capaz de recaudar más del 4,4% de media de la deuda acumulada desde 2004, deuda que sumaba 3,5 millones de euros. Llama la atención el hecho de que la morosidad fuera mayor durante los ochos años anteriores a la crisis que cuando esta comenzó a finales de 2011. En 2013, el Ayuntamiento, entonces con muchos menos ingresos, logró cobrar el 66% de la deuda del ejercicio anterior.