Luciano Huerga llegó emocionado al acto de petición del Toro Enmaromado y lo consumó fundiéndose emotivamente en un abrazo con la edil de Fiestas. Nervioso por comenzar, aguantó unos minutos antes de lanzarse al balcón como si saliera a portagayola y se bautizó en el acto de petición de la plaza enérgico y jaleador, parando y templando los ¡Toro, toro, toro...! del público, y sin dejar de apelar al orgullo benaventano mientras iba desgranando sorpresas.

La primera es que el Ayuntamiento emprenderá el camino para que las fiestas del Toro Enmaromado sean declaradas de interés turístico nacional; la segunda, que la semana grande de este año concluirá con la carrera de un utrero o un novillo el sábado 28 de mayor, en lugar del torito vespertino del viernes (esto se lo concretó a este periódico); la tercera fue la concesión exprés del Enmaromado, "Niñonazo", desenrollando la fotografía del astado para noticia instantánea del respetable.

Entre sorpresa y sorpresa trufó Huerga su alocución con las obligadas referencias a las autoridades, a las que sumó una cita expresa a los alcaldes del área funcional estable y a los regidores socialistas de Toro y Puebla de Sanabria (de las cuatro principales poblaciones de la provincia sólo faltó el zamorano Francisco Guarido); a los ausentes; y a un antepasado regidor, Bernardo Valbuena Mañanes, que un 1 de mayo de 1908 escuchó también a los benaventanos pedir el toro el día de la Virgen de la Vega. Así reivindicó de nuevo Huerga el orgullo de ser benaventano. Finalmente, y antes de entrar en la "suerte suprema" del acto de la petición desenrollando a "Niñonazo", concluyó emulando el lapsus de Mariano Rajoy en su visita a Benavente: "Cómo alcalde vuestro que soy, oyendo vuestras peticiones, y siendo los vecinos los que quieren el toro, es el alcalde el que quiere que tengan toro los vecinos", proclamó recitativamente. "Niñonazo" se desplegó a continuación entre una lluvia de confeti; la de verdad había cesado poco antes.

Más tarde, el alcalde explicó que había hecho la referencia el lapsus de Rajoy "desde el respeto", en una "jornada festiva" para la ciudad, "desde el balcón del Ayuntamiento de todos los benaventanos, no subido a un banco".

Tras desplegarse la imagen del burel, Huerga se fundió en un abrazo con Patricia Martín, y seguidamente con los alcaldes de Toro y Puebla, Tomás del Bien y José Fernández. En la plaza la fiesta hacía rato que había fermentado completamente.

La presidenta de la Diputación Provincial de Zamora, Mayte Martín, testigo del "bautismo" de Huerga en el acto de petición del Toro, subrayó la implicación de la gente joven e en el mantenimiento de la tradición. "He venido varias veces a la petición del Toro y he estado en la plaza con la gente y en balcones, pero me sigue llamando la atención cómo la plaza se llena siempre, sobre todo de jóvenes que defienden una tradición. Esto enriquece a Benavente, a la comarca y a la provincia, y si el Ayuntamiento de Benavente, como cualquier otro municipio de Zamora lleva a cabo una reivindicación y lo solicita, contará con el apoyo de la Diputación de Zamora", precisó en referencia al anuncio de Luciano Huerga de que el Consistorio tramitará la declaración de interés turístico nacional para las fiestas del Toro Enmaromado.