La Procesión de las Palmas, la única del Domingo de Ramos en la ciudad, ha abierto oficialmente la Pasión benaventana en una mañana con nubes pero soleada. Decenas de personas arroparon la primera comitiva procesional, la más radiante de la Semana Santa local junto con la del Domingo de Resurrección, en su ida hacia la iglesia de Santa María y en su regreso a la Ermita de la Soledad.

Las Cofradías del Santo Entierro y la Santa Vera Cruz tutelan esta procesión, que comenzó a ascender por la calle Santa Cruz con el mediodía. La comitiva empleo media hora en alcanzar la iglesia de Santa María. La Banda de Cornetas y Tambores de Toro abrió la procesión, a la que seguía medio centenar de niños embutidos en túnicas blancas con cíngulos de seda azul a la cintura y portando palmas. El público se agrupo a ambos lados de las calles para ver pasar la procesión.

Tras los pequeños, Nuestro Padre Jesús a su entrada en Jerusalén, o Jesús en la Borriquita, como se conoce al paso popularmente, recorrió la distancia entre los dos monumentos a hombros de lo jugadores del Benavente Juvenil.

La Procesión de las Palmas es el desfile procesional por excelencia de los niños de las parroquias benaventanas. El paso es una obra de taller representativa del denominado naturalismo contemporáneo español de autor desconocido. Fue encargada por la cofradía titular a mediados del siglo XX, tras la posguerra. Se trata de una imagen hueca realizada con materiales ligeros para ahorrar peso y coste y tallada en los ropajes con numerosos pliegues para dar la sensación de movimiento.

El paso entró en Santa María a las 12.30 horas aproximadamente. Tras el oficio religioso emprendió el camino de regreso a la Ermita de La Soledad por el mismo camino. La procesión finalizó a las 14.30 horas.