El último informe de Sanidad recibido en el Ayuntamiento de Vega de Tera para la apertura de la piscina fluvial en la próxima temporada deja en evidencia un proyecto que adolece de un cúmulo de circunstancias negativas. A los defectos constructivos del propio vaso e instalaciones se vienen a sumar las consecuencias de las últimas anegaciones de la zona con el desbordamiento del río Tera. Una situación que viene a complicar aún más las pretensiones municipales para una inminente apertura al público ya que ello le pone freno.

Si en la temporada pasada, el nuevo equipo de gobierno de Ahora Decide, en base a los informes negativos de Sanidad, apostó fuerte por el cumplimiento de la normativa y no abrir al público las instalaciones de baño, lo que le llovió no pocas críticas injustificadas, y como informó entonces este periódico, la llegada del próximo verano tiene un calendario contra reloj.

Los servicios sanitarios de la Junta de Castilla y León concluyen en su reciente informe, tras una visita de inspección realizada el pasado mes de febrero, que se llevaron a cabo unidades constructivas no acordes con los parámetros exigidos, así como los inherentes a la salud pública. Un informe demoledor, según ha podido conocer este diario en base a la documentación a la que ha tenido acceso, en concordancia con las anteriores actas de los servicios de control oficial recibidos en el Ayuntamiento, ya que Sanidad nunca ha dado el visto bueno a esta piscina para el baño público.

En las consideraciones de los servicios de inspección se advierte de la entrada del agua procedente del río Tera "a través de una tubería de material de pvc y a la entrada sufre una filtración basta que retiene el grueso del agua (hojas y ramas) mediante unas rejas metálicas". Las consideraciones técnicas aducen también a "un único desagüe en el otro extremo del vaso y que se encuentra en la parte inferior". Se cuestiona tanto la ubicación como el reducido tamaño o sección, así como el aliviadero existente en la parte superior. Elemento éste que es considerado "insuficiente para la renovación continua del agua de todo el vaso".

En la memoria que había presentado el Ayuntamiento, previamente a la visita de inspección de mediados del mes de febrero, se proyectaba la instalación de una arqueta con una bomba para que el agua circule de manera continua. Un extremo que los servicios técnicos de Sanidad critican con el argumentario de no poder asegurar que la medida "reúna las garantías sanitarias adecuadas y no suponga un riesgo para la salud pública".

A todo ello se suma la propia construcción del vaso que adolece del revestimiento de plaquetas en sus muros y solado. Para más inri y complicar la situación, las últimas riadas han ocasionado graves destrozos en losetas del perímetro del vaso, en el vallado, en el mobiliario e instalaciones e, incluso en el camino de acceso.

El área recreativa de Vega de Tera que incluye a la piscina alimentada por el agua procedente del río Tera se construía en varias fases y durante varios años con apoyo de las administraciones públicas, del Grupo Adisac y del propio Ayuntamiento.