Baltasar Miguélez Rodríguez cumplió el pasado lunes 60 años y, esta celebración, coincidió con la jubilación, recién estrenada tras veintisiete años como bombero en Benavente y jefe del servicio durante veintiuno. Ahora disfruta del tiempo libre sin echar la vista atrás. Le preocupa más el futuro del personal que ha dirigido, aunque él ya haya culminado su vida laboral y deje el testigo de la coordinación a otro compañero. Porque en estos últimos días, el servicio de extinción de incendios "está que arde".

-¿Cómo entró a formar parte de los bomberos de Benavente?

-Antes los bomberos eran voluntarios. A raíz de un incendio en Santa Colomba de las Carabias, en los que se quemaron varias casas porque los voluntarios no llegaron a tiempo, se sacaron cinco plazas para las que había que hacer un examen. La idea es que estas cinco personas estuvieran siempre localizadas, estuvieran siempre en el parque y la salida fuera más rápida. Se convocaron de manera experimental y yo me encargué de que funcionaran. Nuestro ámbito de actuación llegaba hasta Sanabria, abarcandno prácticamente la mitad de la provinica de Zamora con más de doscientos pueblos y no cogíamos vacaciones ni días libres.

-¿Recuerda el primer servicio que hizo?

-Me tocó un accidente de tráfico en Mombuey donde se quemaron las seis personas que colisionaron en dos coches.

-¿Qué es lo más difícil de ser bombero?

-Difícil no hemos tenido nada, ha habido mucho trabajo y nos ha salido bien. Hemos tenido muchas aventuras, como una vez que estábamos en el monte y un camión estuvo a punto de quemarse. Tuvimos que salir por entre el mismo fuego.

-¿Cuándo tienen más trabajo?

-En verano estás constantemente entrando y saliendo, pero suelen ser quemas de rastrojos. Yo le temo más al invierno que son casas, naves, pajares, etc.

-¿Ha cambiado mucho la profesión?

-Las herramientas que utilizamos para desempeñarla sí. Antes nos comunicábamos por walkie talkie y ahora por el móvil. En los vehículos tenemos brazo escalera para llegar a los sitios más altos y ya no tenemos que ir con el bidón de aceite para rellenar. Todos estos cambios se consiguieron con la creación de la Mancomunidad. El cambio al nuevo parque de bomberos también fue muy bueno, sobre todo para los ciudadanos, porque la salida es inmediata y porque se está de continuo en el parque.

-¿Qué mejoras materiales hacen falta?

-Hay que cambiar un camión y sería bueno una escalera que llegase a pisos más altos.

-¿Cuántas personas hay en plantilla?

-Son ocho, pero se hacen más horas de parque que de servicio. Por eso, para poder descansar, se han contratado dos personas que cubren nuestros días libres o vacaciones. También está el convenio con Medio Ambiente para los incendios de fuera del casco urbano.

-¿Son suficientes?

-Yo creo que hay una pequeña discriminación en este parque, con respecto al resto de los parques. No es gente suficiente, debería haber dieciséis o dieciocho plazas. En Rionegro, por ejemplo, hay dieciséis personas con menos pueblos y menos servicios. Eso no lo entiendo muy bien, eso lo tendrán que entender los políticos.

-¿Cree que la creación de plazas de funcionarios que van a salir mejorará el servicio?

-Si se mantiene la misma gente sí. A mí, si tuvieran que rescatarme, elegiría al personal laboral que hay ahora en lugar de a ciertos funcionarios que yo conozco. A parte, el problema con las horas, que harán las que les correspondan y luego "adiós". Nosotros hacemos 4.000 horas al año, no sé cómo van a cubrir todo ese tiempo con horarios de funcionario.

-El incendio del edificio en la calle Santa Cruz, el pasado mes de octubre, levantó críticas sobre la tardanza en llegar, ¿cree que se gestionó bien?

-Es verdad que cuando llegamos estaba muy avanzado, pero es que tuve que llamar a gente que estaba de descanso, porque éramos gente insuficiente. Justamente estaba con un camión en el taller. Hubo que estar muchas horas, porque había mucha maleza y mucha madera, pero no salió mal del todo. Más grave fue el de un conocido taller en la avenida Federico Silva, con depósitos de aceite y de gasóil, cinco o seis camiones que se prendieron con el calor que adquieren estas ruedas.

-¿Quién les avisa del peligro?

-El 112 llama a la Policía y la Policía a nosotros. A veces nos avisa directamente la Guardia Civil, pero en cualquiera de los dos casos en cuanto nos llaman salimos.

-¿Ha cambiado la actuación en accidentes?

-Ahora hay menos accidentes y, los que hay, son sobre todo en carreteras secundarias. Eso puede ser por las autovías. Antes teníamos una media de treinta accidentes cada año y eso se ha reducido al 50%.

-¿Qué aconseja a la persona que le sustituya como jefe?

-Que el trabajo y el servicio a los ciudadanos es lo primero. El personal sabe perfectamente cómo actuar en cada momento, así que simplemente que siga lo que yo hacía.

-¿A qué va a dedicar ahora su tiempo libre?

-A pasear, a cuidar el huerto que tengo y a cuidarnos un poquito más de lo que hemos hecho hasta ahora, porque tenemos mucho estrés.