Pocos son los obispos de Astorga que no han acudido alguna vez en su episcopado a visitar la iglesia de Santa Marta de Tera. Y ello porque los prelados de la iglesia asturicense siempre han tenido una especial relación con la parroquia ribereña del Tera. No en vano "ésta es su parroquia", llegó a decir ayer en presencia del obispo Juan Antonio Menéndez, el vicario episcopal de la zona de Zamora y a la vez párroco de Santa Marta de Tera, Pedro Centeno.

Por estos muros que rezuman historia por sus cuatro costados han pasado dignidades eclesiásticas, prelados e, incluso, reyes. El antiguo cenobio que llegó a erigirse en el templo románico como referente de la ruta jacobea mozárabe es muy probable que albergue en el subsuelo de la capilla mayor o recinto original los restos de la mártir astorgana, de la que es patrona de esta iglesia, de santa Marta. La tradición oral de la existencia de los restos de esta mártir mandada decapitar por el emperador romano ha propiciado que hasta santa Marta recalen sucesivamente los prelados. A ella se refería en su homilía el obispo Juan Antonio Menéndez glosando sus virtudes y poniéndola como semilla de los cristianos perseguidos por su fe. "La ola del secularismo está empezando", decía monseñor Menéndez augurando una creciente dosis con el argumentario de que "sabemos que esto es así porque el mundo odia la fe en Cristo". No obstante, emplazó a los presentes a "aprender de los mártires que respondieron siempre con palabras de perdón".

Previamente a la misa solemne en la que el prelado se encontraba arropado por varios compañeros sacerdotes, se celebraba la procesión con la imagen de la patrona representada en una esbelta talla de madera policromada.

Con el boato característico de un desfile procesional, la pendoneta abría la comitiva junto a la cruz. El estandarte de la santa extendía la comitiva bajo los sones de la agrupación musical "la Trasga", la imagen sobre andas, el pueblo y el prelado con sus atributos episcopales y revestido con la casulla del color rojo de los mártires. Una delicada pieza en cuya parte delantera se recrea la imagen de la patrona y en la parte trasera la del Santiago peregrino. Un desfile procesional que enfilaba la plaza por el camino mozárabe sanabrés para regresar nuevamente a la iglesia.

Monseñor ya estaba libre para compartir con los vecinos de Santa Marta sus inquietudes. Los mismos vecinos que al atardecer contaban con una sesión de baile a cargo de la agrupación musical "Solera".