La crisis ha llegado a las parejas de Benavente. No por falta de cariño, sino por la difícil economía que viven las familias de la ciudad. Por eso, hoy domingo, 14 de febrero, serán pocos los novios o novias que recibirán flores y menos aún los que se verán sorprendido por una deslumbrante joya.

La celebración de San Valentín se ve resentida por la crisis, tal y como indican las floristerías consultadas por este periódico. Sólo una aseguró ayer haber mantenido el mismo nivel de encargos que en años anteriores. El resto, corroboran la mala situación económica y el descenso en la tradición que achacan a dos elementos claves: por un lado la fecha, al caer en domingo la gente adelanta la celebración a la noche y prefieren irse de cena; por otro lado la mala situación económica.

Bajan los encargos y también el tipo de pedidos: "los que antes solicitaban una docena de rosas ahora se conforman con una", indica una de las floristeras de la zona centro.

Además de las rosas, las orquídeas y los ramos variados son habituales en estas fechas, tal y como explican las propias dependientas, que lamentan el descenso de demanda.

Hoy domingo las floristerías de Benavente abren de manera excepcional al tener que entregar los encargos coincidiendo con este 14 de febrero.

Las personas más despistadas tienen así una última oportunidad de sorprender a su pareja con una flor, un ramo o una planta, aunque la mayoría de la gente suele encargarlo por adelantado.

En las joyerías San Valentín ha pasado de largo. "Por bajo que quieras que sea el precio, te vas a unos cincuenta o cien euros, especialmente en el oro que ahora está disparado", indica una de las dependientas. Es por eso que el amor ha dejado de demostrarse en forma de anillo, pulsera o pendientes y ya no puede decirse que valga su peso en kilates.

Restaurantes llenos

Las parejas han cambiado los modelos de celebración. Algunos restaurantes de la ciudad tenían completos sus salones en una noche como la de ayer. Llenar el buche junto a un ser querido parece haberse impuesto a las flores y las joyas.

Los menús especiales para dos personas y San Valentín como excusa para salir a cenar junto y luego tomar algo se convierte en un plan perfecto para celebrar el amor, sin regalos extra.

Entre la población, dos posturas claramente diferenciadas: por un lado los que consideran que San Valentín es una fiesta inventada por los comercios y afirman que no hace falta regalarse algo en este día para demostrar el amor que sienten por su pareja.

Por otro, los seguidores de esta tradición que consideran que hay que hacer un esfuerzo para tener un detalle el 14 de febrero.

A la salida de una floristería, Álvaro Quintanilla sale con una ramo de rosas en la mano. Al lado una niña, aprende la tradición con otra flor también preparada. "En un día como hoy no puede faltar un regalo así", afirman.