La Asociación de Familias Numerosas de Benavente ha recuperado este año la tradición de enterrar la sardina como punto final a las fiestas del carnaval.

El acto tragicómico comenzó ayer a las ocho de la tarde, coincidiendo con el miércoles de ceniza, con el que en la tradición cristiana se da por iniciada la Cuaresma. Las rachas de viento fueron fuertes a lo largo de toda la jornada y la amenaza de lluvia a medida que se hacía de noche. Sin embargo, horas antes del comienzo del desfile por el centro de la ciudad, el presidente del colectivo, Manuel Alcalá, aseguraba que "aunque seamos cuatro vamos a tirar para adelante" y confiaba en una gran afluencia de gente, a pesar de las inclemencias meteorológicas.

Finalmente varias decenas de personas salieron a las calles para ver o unirse a un amplio cortejo fúnebre que comenzó en la confluencia de la calle Herreros con la calle Las Eras y continuó hasta la plaza de Santa María. Atravesando la calle Doctor García Muñoz y la plaza Juan Carlos I, se subió hasta los paseos de La Mota. Doña Sardina fue escoltada por cuatro jóvenes con americana, pajarita y bombín, le seguía un cortejo fúnebre de mujeres y niñas vestidas de negro, con mantillas en la cabeza, que lloraban en tono burlesco. El pescado realizó el recorrido en un pequeño ataúd con el enterrador, el obispo y un monaguillo que dispersaba incienso justo detrás. Miembros de la charanga del Maestro Lupi alternaron divertidas y conocidas canciones con las melodías más tristes y solemnes. Los acompañantes de doña Sardina bailaban o lloraban en función de la música. En media hora se realizó el recorrido, que finalizó en los paseos de La Mota, donde el ficticio obispo y el que hacía de enterrador dieron sepultura al pescado, bajo la mirada de decenas de espectadores, echándole agua bendita que vertían de una bota de beber.

El tono humorístico marcó el discurso, los lamentos de las mujeres se hicieron oír más alto y los menores que asistieron bromeaban con sacar las espinas de debajo de la tierra y llevársela a casa para cenar.

Una traca puso fin a las fiestas del carnaval con el mismo sabor agridulce que marcó el acto de ayer.

Darle continuidad

El entierro de la sardina tendrá continuidad en Benavente si la concejalía de Fiestas sigue apoyando el proyecto, como ha hecho este año. "Siempre que el Ayuntamiento nos deje, seguiremos haciendo cosas para el pueblo", dijo el presidente de la Asociación de Familias Numerosas, que apuesta por continuar "organizando todo lo que haga bien para Benavente".