Las fuertes rachas de viento con ligeras precipitaciones de lluvia caídas en la mañana de ayer no hicieron desistir de participar en la yera o facendera a los vecinos de Fuente Encalada. "Nosotros resistimos", decía con cierta ironía el alcalde Victorino Núñez. Desde la tarde de la jornada previa al martes de carnaval, los vecinos ya sabían que habría que dedicarse a posponer las faenas de acondicionamiento de jardines como suele ser habitual por estas fechas.

La adversa climatología vino a adelantar un programa, como el de adecentar la nave multiusos que recientemente se ha construido. Y ello, porque en el recinto se iban a disponer los fogones y la mesa y mantel para recibir al mediodía a los comensales.

Así que, todos a una, como se hace en este pueblo, los vecinos se encargaron de los trabajos de limpieza de la nave que se venía a estrenar para la ocasión. Todavía faltaban algunos retoques e instalaciones de última hora y los vecinos se afanaron en instalar mobiliario y algunos equipamientos.

Mientras tanto, las mujeres se encargaban de las faenas de limpieza y a la antigua usanza, porque para no levantar el polvo del suelo se rociaba el pavimento de hormigón con el agua de los cubos, de los calderos se sacaba el agua con una mano. Como se hizo toda la vida. Otras féminas se dedicaban a barrer y otras, un poco más tarde, a pasar la bayeta sobre las sillas y las mesas. Para que todo estuviese dispuesto antes de que llegase el resto de la cuadrilla, de los vecinos en su mayoría hombres que, a primera hora, y aprovechando un receso de la adversa climatología, se dedicaron unos a cortar leña y acarrearla hasta la nave y otros a realizar podas en algunas de las 16 hectáreas de pinos de las que dispone este Ayuntamiento.

Las brasas ya estaban preparadas para recibir las generosas chuletas de carne y la panceta, así como el chorizo envuelto sobre el papel de aluminio, y humedecido en vino, "porque así está mejor", como apuntan por estas tierras.

Mientras se preparaban las parrilladas, el aperitivo a base de embutidos y un buen vaso de vino o de la bota se hacía notar entre los comensales. El pan de hogaza ya estaba dispuesto para recibir la carne asada, ya solo faltaba el apetito. Y eso no queda para atrás entre los vecinos de FuenteEncalada y más aún si es formando parte del conjunto del vecindario. Los postres, el café y los chupitos de aguardiente de hierbas o del orujo de esta tierra tampoco podían faltar. Porque si de algo pueden presumir en este pueblo es de la laboriosidad de sus gentes, de su convivencia y de su historia. Y el martes de carnaval, todos a una dan buen ejemplo de ello formando parte de la intrahistoria local.